Secciones
Servicios
Destacamos
Hace cinco años comenzábamos el artículo sobre casa Lin así: «Ciento veintiséis años; tanta edad pesa poco cuando no se ahorran cuidados, proyectos y ampliaciones». Hoy sólo cambiamos las tres primeras palabras: los ciento veintiséis pasan a ciento treinta y uno.
El resto sigue: en ... cuanto a los cuidados no ya los de siempre, que en atenciones y alimentaciones marcan ejemplo, súmense ahora los comunes de la pandemia, que rebajan los escanciados continuos a pie de barra, los tapeos felices y táctiles y los saludos de manos tendidas y labios contra mejillas, música habitual. Pasando a los proyectos, el principal trata de que el barco cruce ligero y decidido esta tormenta que oscila entre lo malo y lo peor. Y sobre las ampliaciones, el Llagar de Lin, en el portal vecino, pronto reabrirá para menús, ahora que las espichas -¡quién lo diría!- ejemplifican lo ilegal, lo antihigiénico y lo subversivo.
DIRECCIÓN: Avenida de los Telares, 3 - Avilés
TELÉFONO: 985 564 827
APERTURA: 1890
PROPIETARIOS: Raquel García Pérez, Rodrigo Suárez García e Ignacio Suárez García
COCINEROS: José Hernández Payo y Margarita Molina
SALA: José Ángel Artime, Josepín
MENÚ LABORALES: 11 euros
SIDRAS: El Santu, García Costales y otras de la D.O
VINOS: carta amplia y bodega climatizada
DESCANSO: ningún día
Lin destaca por su doble casina adosada con planta y buhardilla melancólica en un lateral que deja ver ruinas indianas, sesentera de bloques por el otro. Sella un último recodo del Avilés pretérito y del parque del Muelle, y ejerce de islote sentimental y de centro del buen comer asturiano y avilesino. En esto coinciden los comensales presentescon con sus bisabuelos, tatarabuelos incluso.
De entrada, el chigre de siempre, de seguido el comedor posterior que cuelga liños tallados y alza un hórreo fondero. Por contenido y sustancia principal los mariscos andantes y sabrosos de las cetáreas propias, y los pescados igualmente indígenas bien al horno o a la plancha, bien emparrillados y encalderetados, bien saboreando arroces o fabes. Y el resto de frutos marinos, del oricio a la parrocha.
Menciónese, y nunca de pasada sino de sofitu, la fabada, el pulpo guisáu con patatines, la longaniza de Avilés (¡sólo faltaría!), el virrey que lleva tiempo reinando sobre los aprecios y -lógicamente- los precios (y que con sus jugos asciende sus patatas panaderas a placer pecaminoso) o los mejillones picantes de los que conseguimos la receta.
Para prepararlos igual nos falta la destreza de José, avilesino de nacimiento, medio de aquí y de Salamanca de crecimiento, y cocinero tras una sustitución amical en el San Félix. Mejor dicho, de lavaplatos temporal que termino de cocinero vocacional al lado de los Loya, que pasó por Andalucía -de ahí la gracia de sus fritos- y que lleva quince años aquí varado y dando fruto.
«Mis abuelos, Adela y Pepe, curtidos en hostelería, compraron la sidrería a las tres hermanas Solís, hijas de Manolín Lin, el fundador. Luego cubrieron lo que era inicialmente el merendero e introdujeron numerosas mejoras. Cuando el gran movimiento inmobiliario, una constructora quiso comprar el solar, pero mi abuela y mi madre, matriarcas sucesoras y orgullosas, contestaron que ni por todo el oro del mundo. Y aunque mi hermano ejerce de economista, y yo, de profesor en excedencia, decidimos encargarnos del negocio y seguirlo», dice Rodrigo.
Los que llevamos la vida entera frecuentando la casa, no tenemos duda alguna de que fue la mejor decisión.
Ingredientes
- 1 kilo de mejillones
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 2 ó 3 guindillinas
- 1 cucharada de harina
- pimentón duce y picante
- aceite de oliva virgen extra
- sal
Elaboración
1. Sofreímos el ajo, la cebolla y las guindillas.
2. Lavamos los mejillones bajo un chorro de agua fía, retirándoles las barbas e impurezas que puedan presentar (y rechazando los rotos o semiabiertos).
3. Ponemos los mejillones en una cazuela tapada con un mínimo de agua en la base hasta que abran (alrededor de ocho minutos).
4. Retiramos los mejillones a un escurridor procurando que en la cazuela queden todos sus jugos y les retiramos la valva superior.
5. Colamos esos jugos y los añadimos al sofrito.
6. Espesamos ligeramente la salsa con harina y dejamos que guise y hierva suavemente mientras usamos el agitador.
7. Corregimos de sal.
8. Colocamos los mejillones en una bandeja o cazuela, le echamos por encima la salsa y los metemos en el horno precalentado tres minutos a 180º C.
9. Los sacamos, servimos y disfrutamos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.