Cuarenta Grados Gastrobar

Su primer bar propio, El Tribunal, le posibilitó conocer a su mujer, cocinera por parte de madre y abuela, guisanderas en Cangas y en Fíos. Sobre tan tradicional base, Patricia construye fusiones imaginativas y libres alrededor de Asturias y del mundo: cremosas croquetas de gamonéu, vaporosos baos con pitu caleya, rodajas de emberzao dando lecho a guacamole, bocatas de carne a baja temperatura que crujen como cristal, tacos de jabalí y granada, cochinita pibil transformada en gochu asturcelta, poke y, regándolo todo, cóctel Dionisio, por Dionisio de la Huerta (y por Dionisios o Baco), creación de Germán ácida, fría, afrutada, con fuerza y dulzura, óptima entrando y acompañando, sin consecuencias dolosas saliendo.

El Cuarenta, antes estanco y tienda, con dos fachadas, dos terrazas, largura y sucesivos ambientes que aúnan modernidad y clasicismo, logra, recién cumplidos diez años, título de imprescindible entre los gozos de la corte de Pelayo, Favila y Alfonso I.

Estatua de Pelayo y Ayuntamiento:¿Está Cangas en el Camino? Sí. Lo están Ribadesella y Arriondas, por lo que muchos peregrinos hacen el desvío hasta Covadonga con el fin de visitar a la Madre de San Salvador de Oviedo. No faltaban en la ciudad hospedajes, hospitales y caridades. Además, Alfonso I, yerno de Pelayo, que aquí reinó y aquí tiene su tumba (San Pedro de Villanueva) fue padre de Alfonso II, creador del Camino.