La fabada de Pilar acaba de ser nombrada la Mejor del Mundo 2024. Varias veces finalista, ahora regresamos a cara descubierta, que en nuestra anterior visita andábamos enmascarados por el primer covid. Ciertamente es premio gordo el recibido por cómo le sale de rico el ... potaje esencial asturiano, pero no único ni infrecuente: nuestra cocinera, siempre con Miguel al lado, van coleccionando galardones movidos únicamente por el motor del entusiasmo, la superación y el respeto de recetas e ingredientes, sin evitar pinceladas de vanguardia. Y para los platos de cuchara, préstee atención, utilizan sus ollas ferroviarias o pucheras, marmita, trébede y fuego de carbón todo en uno, invento que se disputan las tres provincias que une el ferrocarril de La Robla, y armatoste de hierro fundido con corazón de barro donde revive el embrujo único de las viejas cocinas de chapa y gancho.
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Dirección: Camino la Fuente, 5 - Villalegre (Avilés)
Teléfono: 985 57 87 86.
Dueños, cocina y sala: Pilar Meana y Miguel Garrido.
Pilar y Miguel, ambos avilesinos de arraigo, se sienten legítimamente orgullosos de lo logrado y reconocido desde la cantina colorista y aterrazada que fuera de la estación de Villalegre, primero trasiego de indianos y obreros al barrio avilesino otrora aristocrático, hoy balcón sobre las vías, los convoyes de cercanías y el río Arlós. Adquirida a un familiar hace más de dos décadas, Pilar, de anterior profesión pescadera, hija de familia numerosa con madre siempre poniendo y quitando cazos y cazuelas, no sólo borda la fabada cuyo secreto reside en elegir las mejores granxes, un compangu de gochu conocido y mimado, y fuego no lento, lo siguiente; también vuelan alto su pote, su cocido, sus callos, sus arroces marineros, sus cebollas rellenas, sus cortes de vacuno y sus pescados y mariscos de rula y selección, a qué dudarlo, recordemos el oficio primero de la componedora.
Para cuatro comensales: 500 gramos de hueso de jamón ibérico, 6 puerros, 24 chipirones, 16 lonchas de jamón asturcelta, ensalada mezclum, aceite.
1. Limpiamos los chipirones bajo el grifo sacándoles el cartílago o pluma y retirándoles la piel. 2. Al tiempo preparamos un caldo o fumé con huesos de jamón ibérico que echamos sobre abundantes puerros cortadinos y pochados. 3. Dejamos que cueza lentamente hasta obtener una salsa con algo de cuerpo. 4. De un jamón de gochu asturcelta, muy finas y a máquina, cortamos cuatro láminas por ración. 5. Ponemos los chipirones a la plancha, aceitada ésta de oliva extra virgen, vuelta y vuelta un par de minutos, para que doren. 6. Los emplatamos sobre una base de hojas de huerta o mezclum. 7. Vertemos sobre ellos la salsa de jamón y puerro. 8. Tras tostarlos, estrujamos y migamos por encima las lonchas de jamón.
Y tampoco nos extrañe encontrar aquí un toque, allí un detalle, y a la hora de los entrante y las tapas, juegos de espumas, aires, crujientes y contrastes que sosiegan y contentan esperas: el pasado y el futuro conviven, se solapan y se enriquecen.
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