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De Labra

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Se nos fue Jesús de pronto, pero queda Miguel, su sobrino, cuidando una cocina abierta a geografías e influencias

Luis Antonio Alías

Jueves, 29 de diciembre 2016, 10:46

He aquí una propuesta gastronómica ecléctica y cosmopolita que, por lógica de abarcar el mundo desde la aldea natal, se alza sobre firmes cimientos locales, igual que la moderna línea del edificio donde se acoge, con apoyo en los cimientos de la vieja casona que sirviera de retiro al político, profesor y militante abolicionista asturcubano Rafael María de Labra. Pasado más de un siglo, permanecen el severo entorno amurallado y palaciego, las palmeras traídas de la Perla de las Antillas y el paisaje rural de ermita, caserón y boscajes que dan la espalda literalmente a las circunvalaciones aceleradas de Oviedo. Sus descendientes promocionan esta aventura.

La redonda barra de recepción y aperitivos alinea bebidas bajo una pintura en la que don Rafael ejerce de bienhechor y da paso, lado por lado, al formal salón de celebraciones y al cotidiano; dominan los colores cálidos, la luz, las líneas y planos limpios y la cerámica, el cristal y el metal compartimentando espacios ante el jardín entre tropical y zen.

El Teppanyaky, la mesa parrilla donde los comensales se sientan y degustan directas preparaciones del chef, dispone de apartado propio para que la representación oriental esté a la altura de la asturiana, la castellana, la levantina, la italiana, la caribeña y la mestiza. Un mestizaje que entusiasmaba y practicaba Jesús, el fundador y diseñador, fallecido muy joven mientras practicaba otra de sus pasiojnes:el fúbol.

«Mi tío era todo un tutor y me preparó para que pronto adquiriera responsabilidades y así repartirnos tiempo y obligaciones», recuerda Miguel, que comenzó por acudir a la escuela de hostelería de Barcelona justo veinte años después de Jesús. Luego ejerció en Nueva Orleans, de la ciudad cajun pasó al medieval y futurista Dubái bajo las órdenes de José Andrés, hasta que la tragedia le hizo tomar el timón en solitario «con la satisfacción del comensal por obsesión».

La ensalada de anguila ahumada, caviar de anchoa y esferas de vidiago, el sushi de tartar de bonito del norte con aguacate,las gyozas de pato, foie, mascarpone y mango, el risotto de boletus con vidiago, peral y parmesano, la merluza con vinagreta de tomate y frutas tropicales, el solomillo hojaldrado, el bogavante grillé y el cochinillo participan de la globalización del sabor, beneficiosa y enriquecedora donde las haya.

La Nochevieja es ya fiesta grande de tradición con cortadores de jamón 5 Jotas, ensaladas marisqueras, pescados de costa maliaya, canes roxas, dulces tentadores, vinos y champanes nobles, barra libre música y magos.

Magos para una larga velada mágica, lo oportuno.

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Infusionamos los piñones con azúcar fundido en caramelo, los trituramos y colamos. Aparte elaboramos una esponja de sifón con tomate deshidratrado. Cocemos siete minutos la cola de langosta con sal, la pelamos y cortamos en rodajas. Lo montamos añadiendo un buqué de hojas verdes variadas.

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