La reconocida cocinera lusa Justa Nobre cocina en Gijón su sopa de centolla y torrijas

La gastronomía portuguesa llegó a las jornadas de la mano de Justa Nobre, todo un referente en la cocina de su país y muy conocida por rescatar y dar a conocer muchas de las recetas que proceden de distintos rincones del país vecino y que corrían el peligro de desaparecer.

Nobre ha escrito libros, presentado programas de televisión y en su local se «cocinaron» muchos asuntos políticos, ya que fue centro de reuniones continuas. «Mario Soares llegó a venir 23 días en un mes», contaba.

Pero el camino de esta mujer menuda, dicharachera y a la que le gusta mucho «mandar», como ella mismo confesó, no fue nada fácil. Originaria de una pequeña aldea de Tras-os-Montes, se trasladó con tan solo 15 años a Lisboa. Allí trabajó en una familia como acompañante de una niña con parálisis cerebral.

Su gusto por la cocina, tal y como relató, le llegó a través de su abuela y de su madre, aunque hubo un tiempo en que dudó entre ser enfermera o dedicarse a los fogones. La segunda opción, por ser más factible, fue la elegida. A los 19 años se casó con Joseph, hoy todo un referente en la gastronomía lusa y con él, «con el que llevo 45 años», emprendió una aventura que continúa creciendo. Primero trabajaron, ella como cocinera y él como maitre de sala, en dos restaurantes, hasta que montaron el suyo propio.

La Expo del 98, les animó a embarcarse en la aventura. En la actualidad, regentan O Nobre en la capital y allí se sirven, entre otras, dos recetas propias que ayer preparó, de la mano del chef Rodrigo: sopa de centolla y torrijas con dulce de castañas.

«En Portugal todo el mundo hacía sopa de marisco o de camarón y a mí no me gustan ninguna de las dos, así es que pensé en innovar. Una receta que, a pesar de los años, continúa presente en la carta del establecimiento a lo largo de todo el año y se sirve en una vajilla especialmente diseñada para ella.

Las torrijas son un dulce imprescindible en Navidad, «no hay casa en las que no estén en esa época». Pero ella quiso ir un paso más allá y creó unas muy especiales con pan de molde y con un dulce de castañas que, por supuesto, ella misma elabora.

Inquieta, innovadora, curiosa, apasionada, Justa Nobre «siempre cocina», dijo. «Si estoy triste, cocino; si estoy alegre, cocino». Una mujer emprendedora que quiso titular su charla bajo el epígrafe 'Mis recetas son mi historia como mujer'. Toda una declaración de intenciones.

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