La sandía triunfa en verano: cómo tomarla

Los españoles comemos más frutas y hortalizas en verano. La 'Encuesta sobre Hábitos de Nutrición en España' constata que el 71% elevamos el consumo durante el estío. Si hay dos frutas que triunfen estos días, son el melón y la sandía, que vuelan en las fruterías, convertidas en opción predilecta por diversos motivos: su sabor dulce y refrescante y sus múltiples beneficios para la salud.

A la sandía no le faltan argumentos para triunfar. En días en los que el termómetro marca altas temperaturas, una rodaja puede convertirse en ambrosía. Compuesta por alrededor de un 92% de agua, es una de las frutas más hidratantes, lo que la convierte en aliado perfecto para esquinar el calor.

Una porción de 100 gramos contiene solo alrededor de 30 calorías, lo que la convierte em una opción ideal para quienes desean mantener una dieta equilibrada sin renunciar al placer de la dulzura.

La sandía no es solo agua y pocas calorías; también es una fuente rica en vitaminas y antioxidantes. Su dulzura natural y su textura crujiente alimentan el disfrute, especialmente cuando está bien fría.

Su capacidad para refrescar y revitalizar la ha convertido en una protagonista indiscutible de las mesas veraniegas, a las que aportan color y mucho más. Si antes se comían solo en rodajas como postre, cada vez se integran en más recetas; de hecho, el plato viral del verano es un sándwich de sandía. La propuesta sustituye las rebanadas de pan por la fruta y la rellena de pepinillo, queso burrata, mortadela trufada, vinagre de módena y albahaca.

La sandía también puede convertirse en original carpaccio cuando sus lonchas se cortan muy finas y se acompañan de parmesano, aceite de oliva, vinagre de Módena, sal y pimienta o convertirse en protagonista de una ensalada con queso feta, cebolla morada y menta.

La sopa fría de sandía es otra propuesta estival. No existe una única manera de prepararla pero una de sus versiones resultonas incorpora zumo del limón, hierbabuena, jengibre y creme fraîche.

Triunfan también la sangría de sandía, el gazpacho, los smoothies, los helados caseros…infinidad de platos cuyo éxito se dispara por una bajada del precio que satisface al consumidor pero daña al agricultor.

En 2023, el precio medio de la sandía -del campo hasta los lineales- era de 0,46 €/kg y este año se sitúa alrededor de 0,29 €/kg. La bajada ha sido particularmente severa en las dos primeras semanas de julio, donde se observó un descenso de más del 65%.

Los productores valencianos acusan a las grandes cadenas de distribución de utilizar el producto como producto reclamo, ofreciéndolo por debajo de su coste, incluso en algunos casos a 0,59€/kg.

• Temas
• Alimentación
• Recetas