1. Los aguacates, en estado óptimo
Ni muy verdes ni pasados. Los aguacates para hacer guacamole tienen que estar en su momento óptimo. Para comprobar su estado hay que tocarlos con suavidad, pues se machacan con demasiada facilidad. Por eso es mejor atender a su color tras quitarles el rabillo. Lo que se ve debe ser de color amarillento, ni verde ni marrón. Por suerte, si aún están verdes solo habrá que esperar unos días a que maduren.
2. Elaboración corta
El guacamole, una vez dispuestos y picados todos los ingredientes, se prepara en cuestión de segundos, nunca más de medio minuto. Si se pasa el tiempo, la textura no será la deseada. Hasta cambiará de color.
3. Color verde, por favor
El aguacate en contacto con el aire cambia su brillante color verde por el marrón. Añadir un poco de zumo de limón al final de la elaboración, como en la receta, ayuda a frenar la oxidación. Otro truco es tapar el recipiente que contiene el guacamole con papel transparente para evitar que entre en contacto con el aire y, sobre todo, no dejar que pase mucho tiempo entre su elaboración y/o presentación a su disfrute.
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