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El aguacate está de moda. La baya comestible procedente del árbol homónimo típico de climas tropical y mediterráneo se ha instalado en primera línea, así que cada vez es más fácil encontrarlo en las fruterías. ¿A qué se debe este 'boom'? A varios factores, pero principalmente a que es un producto exótico y, por ello, que atrae sobremanera a quienes quieren diferenciarse. También influye que se le ha perdido el miedo. Su alto aporte en grasas echaba para atrás a la hora de incluirlo en la dieta, si bien ahora se tiene más en cuanta su altísimo aporte de potasio y magnesio, su bajo nivel de azúcar y su influencia para frenar el envejecimiento cutáneo. Además, es uno de los productos estrella en la cocina vegana.
Su origen está en América Central. Hay pruebas de que los aztecas y mayas ya lo consumían. De hecho, la palabra 'aguacate' proviene del nahua, lengua hablada por pueblos nativos de Mesoamérica. Ellos se referían a la fruta como 'ahuacatl', que traducido significa 'testículo', nombre dado por su forma.
El aguacate es duro por fuera y untuoso por dentro, de sabor fuerte y color característico. En el continente americano es un ingrediente recurrente. Tan fácil se encuentra en un taco o una tosta como en un helado o una salsa porque sus posibilidades gastronómicas son variadas. Aquí tiene la receta mexicana más internacional con la que disfrutar del aguacate ahora que el otoño es su estación idónea.
GUACAMOLE
Ingredientes:
Tres aguacates maduros
Una cebolla
Un tomate pequeño
El zumo de una lima
Un jalapeño pequeño (opcional)
Cilantro
Sal
Elaboración:
Primero, escaldamos el tomate. Es decir, le damos un par de cortes en forma de cruz antes de ponerlo a cocer en agua hirviendo durante un minuto, aproximadamente. Así se pelará mejor. Una vez retirada su piel, lo picamos en dados pequeño. Cortamos la cebolla y el jalapeño en brunoise y también el cilantro.
Cortamos los aguacates por la mitad y les retiramos el hueso. Les sacamos la pulpa con una cuchara y vamos depositando esta en un cuenco. Cuando esté toda, la machacamos hasta conseguir una textura como de puré. Agregamos el zumo de lima para evitar que el aguacate se oxide y, a continuación, los otros ingredientes que hemos picado previamente. Sazonamos al gusto.
Ya está lista. Disfrutarla con nachos o una tostada ya depende de gustos.
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