Burratta con caponata siciliana. Ideal

Cinco ¿aperitivos? que te harán volver a Italia

La misión del 'antipasto' es estimular el apetito y abrir boca para el festival gastronómico al que anteceden

Jueves, 16 de mayo 2024

Antipasto, la sencillez de su nombre es una declaración de intenciones. El melódico nombre designa a aquellos bocados que van antes ('anti') de la comida ('pasto') y cuya misión es abrir el paladar y el apetito. Son los entrantes, que en España llamaríamos aperitivos, pero ... no en Italia.

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Allí, el aperitivo es momento y cultura. Sucede por las tardes, cuando las obligaciones laborales llegan a su fin, y consiste en compartir informales viandas y bebidas. La tradición nació para acompañar el vermouth pero ahora los locales ofrecen cartas de vinos y cócteles para ensalzar un momento en el que raramente faltan el Aperol y el Spritz.

Los antipasti llegan a la mesa para anticipar el disfrute del banquete, son la obertura que prosigue con el primer plato, el segundo y el postre. La alargada nación posee distintas especialidades en función de sus regiones, un crisol de culturas unificadas bajo el mandato de Vittorio Emmanuele, cuya gesta se recuerda con una inmensa y monumental plaza que preside Roma.

La viajera cocina italiana es, quizás, la más replicada a lo largo y ancho del planeta, con pizzas que se disfrutan desde Ohio hasta Corea y pasta en todos los rincones del planeta. La inmigración situó a los ciudadanos del 'bel paese' en lugares estratégicos y el encanto de su cocina se convirtió en motor tractor de su economía. Sus restaurantes les permitieron prosperar en tierra extraña e incluso alumbrar nuevas recetas que quedarían para la posteridad.

Los antipasti son los escondidos de su popular gastronomía. Su celebridad no ha alcanzado la de otras elaboraciones y, alejados del rotundo éxito de otras creaciones, disfrutarlos permite viajar a través de los sentidos a la exuberante y encantadora Italia. Si has pisado y vivido la tierra que cimentó Europa, estos bocados evocarán recuerdos.

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Bruschetta

La sencillez de esta propuesta no merma el encanto. El tomate es protagonista de una suerte de tosta de rebanada gruesa que acompañan el ajo, el aceite y las hojas de albahaca. Nació como una forma de aprovechar el pan duro en el campo y adquiere distintos matices según la región en la que se elabore.

Fiori de zuccha

Exquisitas flores de calabaza rebozadas y fritas que esconden un relleno que, otra vez, varía según la región. Su secreto está la masa -¿de qué te suena esa frase?- una envoltura crujiente elaborada sin levadura ni reposo y que encierra un interior sabroso y fibroso. El queso y la anchoa son esenciales en la versión romana.

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Arancini di riso

A primera vista parecen croquetas pero su interior está lejos de contener bechamel. El comensal descubre al morder que el crujiente rebozado esconde una gran bola de arroz, tradicionalmente rellena de ragú y con queso en el centro, un bocado que también adquiere distintas interpretaciones.

Embutidos

Las tablas de embutidos son clásicas. En ellas alterna el `prosciutto', la mortadela, que tiene IGP si es de Bologna, el salame, el speck, la braseola o la 'coppa' di Parma, un tipo de embutido curado italiano hecho con paletilla de cerdo. En ocasiones acompañan los quesos, del parmigianno al pecorino.

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Caponata siciliana

Las verduras en conserva son clásicos aperitivos, de las alcachofas marinadas o en pasta a los clásicos tomates en aceite o los pimientos rellenos. La caponata siciliana es un plato más elaborado que también se vale de las verduras. El resultado es una suerte de pisto de berenjena al que acompañan el apio, el tomate, las alcaparras y las aceitunas.

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