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El restaurante Atrio, la «historia de amor» creada por José Polo y Toño Pérez en el corazón de Cáceres hace casi 40 años, es la Caldereta de don Calixto en la categoría de Maestro Nacional de 2023. Ambos protagonistas llegaron a Asturias para «aprovechar» al ... máximo el tiempo en una tierra que «es una absoluta joya», se refirió el cocinero y mitad del proyecto, Toño Pérez. «Tenéis a disposición una de las mejores armas para esto, jugáis con mucha ventaja en esta tierra», continuó en referencia a Asturias.
Lo dice quien se ha convertido en embajador de la suya, de Extremadura, un territorio «que es absolutamente único», centró su discurso. Esto lo tiene asumido desde el principio en su proyecto, pero pasar unos días fuera le hizo ser consciente de las bondades y particularidades de su territorio desde otra perspectiva. Al respecto, él es, manifestó, quien ahora recoge en forma de premios y estrellas -la guía Michelin 2023 le incluye por primera vez en el Olimpo de los triestrellados- el trabajo de los productores que le rodean y del equipo que siempre les han acompañado.
Toño Pérez tenía muy claro lo que quería decir. No leía un discurso. Ni siquiera había colocado un papel sobre el atril, es lo que provoca llevar muchos años defendiendo los mismos ideales. El cocinero de Atrio resumió cómo era el proyecto -por si había alguien que no lo conociese- y, sobre todo, celebró y agradeció lo conseguido a lo largo de estas casi cuatro décadas de historia. «Hemos luchado mucho y también disfrutado muchísimo», expresó mirando a su compañero de vida y proyecto, José Polo, sentado entre el público.
No se refieren en balde a Atrio como «una historia de amor». De hecho, Toño Pérez va más allá al concretarla además como «muy hermosa». Recordó tras recoger la Caldereta de don Calixto de manos del director general del diario EL COMERCIO, Ignacio Pérez, que el origen del restaurante que hoy es un icono se debe al empeño de dos compañeros de colegio que «decidimos iniciar un proyecto común basado fundamentalmente en las emociones».
En Atrio, ofrecemos «una cocina amable, sincera, disfrutona, con registros muy extremeños e incorporando todas esas cosas que nos vienen del exterior, de la proximidad al Alentejo, por ejemplo», resumió Toño Pérez la propuesta. Incidió de nuevo en este punto en que la receta que les ha llevado hasta ahí ha sido «habernos rodeado de equipos que han creído en nuestra casa y nuestro proyecto y han luchado con nosotros a lo largo de los años». No todo el mundo lo hizo siempre.
Ahora, «estamos en un momento de la vida muy feliz», apuntó quien celebra en todo momento ser embajador de su tierra. «Recibir el cariño del público asturiano nos llena de satisfacción. Mil gracias de todo corazón», celebró quien ahora celebra también estar involucrado en proyectos «absolutamente mágicos», como la Fundación Atrio.
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