Ocho infusiones para ocho propósitos

No existe un único motivo para beber infusiones pero sus propiedades beneficiosas son uno de los argumentos más repetidos a la hora de justificar su consumo. Pueden convertirse en sustitutas del café, templar ánimos, combatir inflamaciones… o simplemente disfrutar a sorbos de sus muchos sabores.

Su consumo se pierde en el tiempo, impulsado por los usos medicinales, aunque su descubrimiento se atribuye al emperador chino Shen Nung. Bajo su mandato, toda el agua destinada para consumo humano debía ser hervida por salubridad.

Un día, mientras descansaba a la sombra de un árbol de té silvestre, unas hojas de cayeron por azar sobre su taza e infusionaron en su bebida. Otras de las versiones vinculan su nacimiento a un monje budista que habría experimentado para recuperarse de un cansancio agotador por consejo de unos sabios.

Sea como fuera, a Europa no llegarían hasta mucho tiempo después. Las trajeron los holandeses en el siglo XVII y pronto se popularizó su uso para tratar diferentes dolencias. Más allá de los beneficios particulares, algunas infusiones contribuyen a acelerar el metabolismo y a elimina toxinas, otras promueven el proceso de metabolización de la grasa, combaten la retención de líquidos, ayudan a controlar el apetito… Las propiedades no son comunes y cada planta goza de sus particularidades.

Es el rey de las infusiones y las propiedades dependen de la tipología. El té negro porta energía y que expande la cafeína a gran velocidad en la sangre sin causar perjuicio al corazón. Ayuda a rebajar el nivel de colesterol, controlar el estrés y quemar las grasas. También tiene efectos adelgazantes el té matcha, que ayuda a controlar el estrés. Fortalecen el sistema inmunológico y se usa contra el estreñimiento. Del té verde se dice que mejora el estado cerebral y fortalece la capacidad de memoria y del rojo que ayuda a prevenir problemas respiratorios y facilita la disminución de los niveles de azúcar en sangre.

Ayuda a aliviar los dolores estomacales y mejora la digestión, es un calmante natural y ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Antioxuidante, ayuda a combatir la diatees y tiene efecto antiinflamatorio y antioxidante lo que ayuda a reducir irritaciones, eccemas o alergias.

Ya los médicos griegos y romanos la prescribían como diurético, analgésico y contra la tos. La raíz de valeriana presenta actividad sedante e hipnótica, por lo que está indicada en casos de nerviosismo o ansiedad y en trastornos del sueño. Posee actividad espasmolítica y miorrelajante. Se usa para combatir el dolor de cabeza, en cólicos intestinales, dolores reumáticos, dismenorreas; por vía tópica en cortaduras, pequeñas inflamaciones y para el acné.

Actúa como relajante a nivel del sistema nervioso por lo que ayuda a combatir el insomnio y a calmar los nervios. Ayuda a reducir la presión arterial y ralentiza el ritmo cardíaco, por lo que permite la vasodilatación y contribuye a prevenir trombosis. Tiene, además, propiedades antiespasmódicas, por lo que se recomienda para tratar cólicos, dolores menstruales o incluso espasmos intestinales.Por último, es antiinflamatoria y diurética.

La menta aporta frescura y sabor. Común en infinidad de recetas más allá de la infusiones, su sabor no es la única de sus virtudes. La menta tiene propiedades antiinflamatorias, expectorantes, antisépticas, analgésicas, antibacterianas, antifúnguicas y antitusivas.

Estimula la circulación y favorece la salud cardiovascular. Buena para tratar nauseas o vómitos, alivia además las molestias de indigestión, gases y cólicos, también se recomienda durante el constipado por su efecto expectorante. Previene el envejecimiento prematuro del sistema digestivo y potencia la absorción de los nutrientes en el proceso de digestión. Contribuye, además, a regular los niveles de azúcar en la sangre.

Es diurético, por lo que ayuda a eliminar el exceso de líquidos y toxinas y puede contribuir en la pérdida de peso. Ayuda a fijar el calcio en los huesos y fortalece el pelo y las uñas y el útil para detener hemorragias.

Tradicionalmente se ha utilizado para aumentar la vitallidad mental y favorecer el flujo sanguíneo, especialmente del sistema nervioso central. También tiene ciertos efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular y propiedades antioxidantes.

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