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C. R.
AVILÉS.
Jueves, 2 de agosto 2018, 03:03
Es historia, es gastronomía y es cultura. O los tres pilares sobre los que se asienta la ruta gastronómica 'Sabores de plaza en plaza' que, desde ayer y hasta el domingo, traslada a catorce hosteleros de la ciudad a nueve casetas de madera instaladas ... en las plazas del casco histórico más próximas a sus establecimientos. El 'desdoblamiento' permite a los bares que no son restaurantes ofrecer una tapa elaborada, aunque el objetivo de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (Ucayc) con la organización de la ruta es otro. «Queremos sumar una actividad más al denso verano avilesino que se intensifica en agosto, presentar una oferta gastronómica complementaria a la de mesa y mantel tradicional y enseñar nuestro casco histórico de una manera original y divertida. Esta es nuestra postal turística», afirmó José Antonio Álvarez, gerente de la Ucayc.
En la plaza del Carbayo están las casetas de El Pañol y la compartida por El Fuero y El Viejo Ábside. En el Carbayedo hay otras dos casetas compartidas por Moma y Galiana 54 y por Las Gildas y Le Mystic. En la plaza de Carlos Lobo comparten La Llosa y El del Medio y La Dársena y El Portón. Por último, en Domingo Álvarez Acebal, están en 'solitario' Merlot Vinos y Tapas, El Café de Pandora y Punto de Encuentro La Madreña.
El horario de apertura de las casetas es de 12 a 16 y de 20 a 24 horas y, en determinados momentos, habrá ambientación musical en la plaza. Hoy, por ejemplo, los grupos La Cosa Nostra y Havana Blu actúan en el Carbayedo y en Carlos Lobo, a las nueve de la noche, respectivamente. Mañana viernes Cover Planet amenizará la hora del vermut (13 horas) en Álvarez Acebal y Valdés&Crazy, a las 21, en la plaza del Carbayo. El sábado la música a mediodía en Carlos Lobo la pondrán Tres Hombres y en el Carbayedo, por la noche, La Movida. Finalmente, el domingo Los Buscavidas protagonizan la última actuación de la sesión vermut en el Carbayo y La Cosa Nostra, la nocturna en Álvarez Acebal.
Este año el número de hosteleros se reduce en cuatro respecto a 2017 por «problemas de personal», según explicó José Antonio Álvarez, quien ensalzó la belleza del escenario para tomar una consumición y una tapa. «El espacio lo es todo. Ir de 'placita' en 'placita' en un casco histórico de dos kilómetros cuadrados es un placer», destacó. Igualmente, alabó la participación de la hostelería local, que ya piensa en la Semana de la Tapa de septiembre.
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