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Martes, 20 de agosto 2019, 00:04
Pese a que la higiene en la cocina es un hábito esencial para evitar problemas de salud, hay ciertos alimentos para los que el hábito de pasarlos por agua por muy extraño y acostumbrados que estemos a hacerlos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ... ha hecho un listado de aquellos que debes lavar y los que no:
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1. Huevos
Los huevos suelen estar implicados en intoxicaciones alimentarias. Pero desde la OCU, aseguran que «son uno de esos alimentos que no debes lavar» aunque los veas sucios, cubiertos de heces o de paja. De hecho, la entidad asegura que no hay que lavarlos «Ni antes de guardarlos en la nevera, ni cuando vayas a usarlos».
La razón de ello es porque la cáscara de huevo es porosa «y, además, tiene una fina capa de cutícula que la impermeabiliza e impide que los gérmenes pasen al interior». Así, si lavas el huevo antes, «podrías eliminarla y entonces las bacterias penetrarían la cáscara».
Aún así, la OCU recuerda que hay que evitar:
- Que el exterior del huevo manche el interior al cascarlo.
- Utilizar la cáscara para separar la clara de la yema.
- Cascar el huevo en el borde del recipiente (sartén, plato, bol) donde vayas a echarlo o comértelo.
2. Pollo
La FSA (la agencia de seguridad alimentaria británica Food Standards Agency) realizó un estudio hace unos años sobre cómo preparaban el pollo los ciudadanos. Así, se supo que más del 40% lo lavaba antes de cocinarlo. «Acción que, al parecer, aumenta el riesgo de toxiinfección alimentaria en lugar de reducirlo», recuerda la OCU.
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Por ello, lo mejor es cocinar bien el pollo y tener cuidado con la contaminación cruzada. «No utilices la misma tabla o los mismos utensilios de cocina que usas para el pollo crudo para manipular otros alimentos», recuerda la OCU.
3. Filetes de cerdo y ternera
Tampoco deben lavarse porque «muchos de los nutrientes, así como los sabores y los aromas podrían perderse con el agua». Lo mejor es cocinarla bien para evitar cualquier posible intoxicación alimentaria.
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4. Setas
Las setas, ya sean silvestres o cultivadas, no hay que sumergirlas ni limpiarla bajo el grifo porque «pierden mucho sabor y aroma; y, además, cogen mucha agua, lo que hace que no queden bien luego de cocinarlas».
Por ello, la OCU recomienda:
- Limpiar las setas pasándoles un trapo húmedo o un cepillo si la tierra esta suelta.
- Pelar el sombrerillo en el caso de que esté muy sucio, o bien recorta las zonas más dañadas o estropeadas.
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- Lo mejor es escaldarlas en agua hirviendo si optas por añadirlas a un guiso.
- No comas nunca setas que no hayan sido cocinadas.
5. Verduras en bolsa
Su consumo es muy habitual. Espinacas, acelgas, ensaladas, etc. se venden en bolsas y se pueden usar tanto para cocinar como para consumir en crudo. La OCU recuerda que «suelen lavarse con algún desinfectante en baja dosis para evitar patógenos, por lo que son bastante seguras. Así que no tiene ningún sentido que las vuelvas a lavar».
- Los pescados con vísceras, para limpiar los restos de las tripas.
- Las frutas y verduras sin envasar y que vayas a consumir con piel o en crudo.
- Las patatas peladas y troceadas, sobre todo si vas a freírlas. De esta forma, eliminas algunos de los azúcares y reduces la formación de acrilamida.
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- El arroz, para eliminar el almidón superficial y que el grano quede más suelto. Aunque esto dependerá del plato que vayas a preparar.
- Las legumbres: recomendable ponerlas a remojo, así se les quitan algunos de los componentes que producen más flatulencias y se facilita su cocción.
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