Carmen Ordiz Pérez
Jueves, 4 de mayo 2017, 04:20
Pola de Allande, 1941. El párroco del pueblo, más conocido como el cura de las abejas, imparte un curso de apicultura que cambiará el rumbo de la familia del niño Alfonso Pérez y hará que, 60 años después, la esperanza de este joven se convirtiese en la profesión de sus hijos. En el año 2005, Alfonso Pérez, hijo de aquel pequeño inquieto atraído por el fascinante mundo de las abejas, decide formarse como apicultor profesional y comenzar su producción de miel, en un inicio vendiéndola a granel hasta llegar en 2009 a fundar La Puela, momento en el que se suma al proyecto su hermano Luis Pérez.
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Esta empresa nace con una pequeña planta de envasado que les permitía tener autonomía y realizar su propia producción sin recurrir a terceros. Su principal preocupación: ofrecer no solo una gran calidad si no un packaging sorprendente que llamara la atención del consumidor. El 2012 es un año de enhorabuenas. El apoyo del ICEX en un proyecto de exportación para pequeñas empresas les anima a dar el salto al extranjero y comenzar con la venta internacional. En la actualidad cuentan con más de 2.000 colmenas entre Cangas del Narcea, Ibias, Allande y Tineo. El fruto de esta explotación apícola, más de 40 toneladas anuales.
Su secreto, dicen, «es la zona. Tenemos la suerte de estar en un territorio con una vegetación fantástica, una flora excelente y, lo más importante, con ausencia de contaminación. El suelo, el clima, todo cambia el resultado. El caso de la miel es como el mundo del vino. No es igual un brezo de aquí que de otra zona y la miel por tanto, aún siendo del mismo monovarietal, tiene un sabor diferente», explica.
El saber hacer también marca la diferencia. «Luis Pérez se ha criado entre colmenas, ama lo que hace. Esa inquietud y pasión le incitan a seguir formándose continuamente para llevar a los consumidores el mejor producto y para seguir al mando del grupo de apicultores que conforman mieles La Puela», explica María Barrero, directora comercial.
El esfuerzo de esta joven empresa se vio recompensado en el año 2016, en el Congreso Nacional de Apicultura, donde obtiene el reconocimiento como Mejor Miel de España por sus especialidades monovarietales de brezo y castaño. Entre sus productos destaca también el polen y el própolis, con gran aceptación en el mercado extranjero.
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La miel, además, se ha ganado también el corazón del consumidor no solo por sus características organolépticas, sino por sus propiedades beneficiosas para el organismo, entre las que destacan, su capacidad como recuperador muscular, ser una fuente de vitaminas B y C sensacional, que la hacen ser la aliada perfecta contra las enfermedades de las vías respiratorias. Su poder antioxidante, además, ayuda en los procesos inflamatorios y en la reducción de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Robert Green decía que la esperanza es la única abeja que hace miel sin flores. Esperanza que invadió a Alfonso Pérez y que hoy con mieles La Puela trae sus frutos a Asturias y los lleva por el mundo.
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