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A orillas del Río Bravo, en la frontera con Texas, se alza la ciudad mexicana de Piedras Negras. Apenas 165.000 almas pueblan la ciudad donde nació uno de los aperitivos más replicados del planeta, orgullo local para sus habitantes y curiosidad ignota para casi todos los demás.
Los nachos vieron la luz en 1940. Los inventó Ignacio Anaya, camarero del Club Victoria a quien la visita a una hora intempestiva de un hambriento grupo de mujeres, esposas de militares estadounidenses de unA base tejana, le pilló sin cocinero en el restaurante.
Con ganas de agradar y facturar, corrió él mismo a la cocina y preparó una botana -aperitivo mexicano- con los ingredientes que encontró a mano. Cubrió con queso colby - de color naranja elaborado con leche de vaca y precedente, precisamente, de Estados Unidos- algunos trozos de tortilla de maíz, coronó con unas rodajas de jalapeños y metió todo en el horno.
Nacía así el 'especial de Nacho', platillo que fue adquiriendo fama en la zona y que empezaron a replicar otros locales. Anaya terminó por cruzar la frontera y abrir su propio restaurante en Texas. ¿Adivinan cómo llamó al negocio? Por supuesto, Nacho's.
El platillo que ideó a la carrera tomó su nombre y rápidamente se convirtió en habitual en los restaurantes tex mex, fusión de las gastronomías mexicana y estadounidense practicada en origen en la región de Texas pero que ya está presente en todo el mundo.
La cocina tex mex surgió entre finales del siglo XIX y principios del XX, cuando la comunidad mexicana de Texas comenzó a adaptar sus recetas a los ingredientes locales.: frijoles, maíz, arroz, carne de res y pollos, fajitas, tacos, enchiladas, quesadillas, chile con carne… y, por supuesto, nachos.
Ellos son mexicanos pero también tex-mex y, ahora, un poco de todo el mundo porque se versionan de uno al otro confín y se disfrutan en la sala del cine, en competiciones deportivas, en restaurantes aztecas, hamburgueserías, al calor del hogar o en formato 'street food'.
Con queso, con guacamole, con pico de gallo, con frijoles…Tal es su popularidad que, desde 2020, los nachos forman parte del Diccionario de la Lengua Española, un reflejo de su innegable expansión. Una curiosidad: el término entró a la vez que coronavirus, COVID o desescalada, palabras que ese año empleamos hasta la saciedad.
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