Las delicias de Asturias que se paladearon a fuego lento en Madrid

Los Alimentos del Paraíso y sus productores estuvieron presentes los tres días de actividad, como también lo estuvieron los cocineros asturianos encargados de aunar la cocina de paisaje que propone el Principado, con aquella que conquista, que estrena Oviedo para potenciar su título de Capital Española de la Gastronomía 2024.

«Tenemos una gastronomía que revela nuestro territorio y lo que somos y que va desde la tradición hasta la vanguardia», presentó María Busta. Ella, guisandera al frente de Casa Eutimio (Lastres), rompió el hielo cocinando junto a Luis Alberto y Guillermo Martínez, de Casa Fermín (Oviedo). Juntos dieron motivos prácticos que justifican el título gastronómico que ostenta la capital asturiana este año. Prepararon cebolles rellenes de bonito, consomé de pote de antroxu con pantrucu, garbanzos del Desarme y tarta de queso de La Ascensión, entre otros.

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El testigo lo recogió la gijonesa Lara Roguez, que llevó a Madrid parte de la oferta marinera que defiende en Abarike, como el nigiri de lubina y gamba blanca ahumada, el papillote de pixín negro, setas y ceniza de puerro o el chili crab de ñocla, tortilla y pepino.

Y cerró el programa otra integrante del Club de Guisanderas de Asturias, Ramona Menéndez, quien junto a su hijo Juan escogió presentar, entre otras sugerencias, sus indispensables de Casa Belarmino (Manzaneda, Gozón): croquetas -una de compangu y otra con queso Mamá Marisa-, verdinas con bogavante, arroz con pitu caleya y tocinillo de cielo.

La ternera, la sidra -natural, brut y filtrada-, el vino, el chosco, 35 variedades de queso, miel, mermelada, Asturcilla, arroz con leche, pan, dulcería ovetense y hasta el café pusieron la guinda para deleite de los visitantes, muchos de ellos asturianos. En total se degustaron 1.800 tapas, más de 700 kilos de productos y 324 botellas de sidra.