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Paloma Ucha
Infusiones perfectas
Yantar

Infusiones perfectas

Buceamos en el proceso por el que se obtienen las clásicas tisanas, pero también el popular café, el variado té, mate y rooibos

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Viernes, 27 de septiembre 2024, 19:22

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Infusión es toda aquella bebida obtenida de la extracción de las partes solubles de sustancias orgánicas como hierbas, hojas, flores, raíces, semillas y frutas. La manzanilla, la menta poleo y la tila son infusiones igual que el té, el rooibos y el café. También se le dice infusión a la acción de obtenerla, para lo que se requiere agua a una temperatura alta, pero sin que llegue a hervir. El tiempo de preparación y los grados a los que se someta dependerán de lo que se quiera elaborar; no ajustarlos correctamente provocará que el amargo sea el sabor dominante aunque no se desee.

Sonia Pérez. Tea Sinensis (Oviedo). Álex Piña

El de las infusiones es un universo tan amplio como variados son los paladares, pues las hojas o flores que se empleen se pueden combinar con otras y con especias de todo tipo multiplicando notablemente las opciones. «Al final, la mayoría de productos vegetales pueden ser procesados para obtener de ellos infusiones y en función de cuál utilicemos y de lo que combinemos obtendremos unos sabores y aromas u otros», explica Juan Gramage en Inffusions, la tienda que tanto en Gijón como en Oviedo codirige con Viviam Marcuzzi.

También entran en juego los beneficios para la salud que aporta el consumo de infusiones, pues muchas de las plantas empleadas tienen propiedades relajantes, astringentes o antisépticas. De hecho, los menos duchos en la materia aún asociarán prepararse una infusión a los años en que esta era el remedio casero para, por ejemplo, facilitar la digestión. Pero su abanico es mucho más amplio, empezando porque el té y el café, las dos bebidas más consumidas del mundo, también son infusiones. Y también el rooibos, que se confunde con el té rojo por el color, si bien no tiene nada que ver porque procede de una planta diferente, la Aspalathus linearis, y por eso el rooibos no tiene teína.

Juan Gramage. Inffusions (Gijón y Oviedo). Paloma Ucha

«Todo el té proviene de una misma planta, la Camellia sinensis, y lo llamamos igual por simplificar vocabulario», explica Gramage antes de ahondar en los matices que diferencian al té negro del rojo, el azul, el verde o el blanco. «La esencia es la misma porque salen de la misma planta, pero cada variedad se obtiene mediante procesos de oxidación y secado diferentes», cuenta. Así, el que menos tratamiento tiene es el blanco y los que más, el negro y el rojo, por eso son más intensos en nariz y boca.

Manual de elaboración

Su preparación es sencilla, pues una vez elegida la infusión que se quiera hacer solo hay que tener en cuenta dos cosas: qué temperatura tiene que alcanzar y durante cuánto tiempo. A grandes rasgos hay dos grupos fundamentales: las hay que requieren unos 70 grados y necesitan solo entre dos y tres minutos de infusión, más el reposo posterior, porque se queman con facilidad. En este grupo están, por ejemplo, los tés verde y blanco. El otro gran grupo son los que necesitan temperaturas elevadas sin que llegue a hervir. Esto es, entre 92 y 98 grados centígrados y entre cuatro y ocho minutos. Aquí entran las infusiones clásicas.

Infusiones

  • Tila

    El grupo de infusiones clásica requiere altas temperaturas. Esto es, próximas a la de bullición, pero sin alcanzarla. Y, en cuanto al tiempo, todas rondan los 7-8 minutos

  • Mate

    Bebida muy consumida en Suramérica; requiere unos 70-80 grados (más podría reducir su contenido de cafeína) y se deja reposar unos segundos con una elaboración particular

  • Té blanco

    Requieren unos 70 grados centígrados y solo necesitan entre dos y tres minutos de infusión, a lo que habría que añadir posteriormente el tiempo de reposo

  • Té rojo y negro

    Este grupo, cuyo tratamiento tras la cosecha es más largo y completo que para el té blanco, necesita temperaturas elevadas sin que llegue a hervir (92-98º) y de cuatro a ocho minutos

  • Café

    Requiere temperaturas que rondan los 90 grados y tiempos de unos cuatro minutos; si se deja tres, será más suave y, por contra, si se deja cinco, más intenso

En cuanto a los instrumentos necesarios, basta con tener una pota y un colador. A partir de ahí el abanico se abre a decenas de elementos. «Yo recomiendo calentar el agua y verterla sobre el colador con lo que queramos hacer infusión», explica Sonia Pérez, que en Oviedo está en Tea Sinensis. En cuanto a la proporción: una cuchara de tamaño postre por cada taza, cuya capacidad ronda los 200 mililitros de agua. Y si se hace más y sobra no pasa nada, pero hay que tener en cuenta que esa infusión va a seguir evolucionando porque es un producto orgánico. «De hecho, un buen grupo se podría someter a una segunda infusión», aseguran desde Inffusions, donde señalan que el tiempo y la temperatura también diferencia lo que es una infusión de una maceración. Lo segundo requiere temperatura ambiente o fría y en vez de minutos, un mínimo de cuatro horas de reposo.

El universo de las infusiones va cogiendo fuerza en Asturias, donde el público, muy aficionado al café, prueba rooibos y luego té y todas las combinaciones posibles que se obtienen de ese proceso, además de los floritos, que es como en Asturias se identifican a las tisanas.

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