Glenrothes
CALDO CORTO ·
Sepan vuesas mercedes que ya va siendo hora de disipar el mito de que el mundo del whisky es el mundo de los hombresSecciones
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CALDO CORTO ·
Sepan vuesas mercedes que ya va siendo hora de disipar el mito de que el mundo del whisky es el mundo de los hombresSepan vuesas mercedes que ya va siendo hora de disipar el mito de que el mundo del whisky es el mundo de los hombres. También lo es de las mujeres. Son muchas las escritoras que han abordado y comentado el tema del whisky y que continúan haciéndolo pero, a mi entender, el primer tratado expuesto en profundidad por una mujer fue obra de la especialista en la materia Helen Arthur. Ella puso a nuestro alcance los cimientos para que pudiéramos construir el deleite personal producido por este singular espirituoso. A mí personalmente me ayudó a descubrir el mundo del whisky de malta (elaborado con cebada malteada). Soy adicto a esta bebida. Nada me produce más placer después de una espléndida comida en buena compañía que una generosa copa (de balón y sin hielo) tomada sorbo a sorbo durante la sobremesa de animada charla, mientras disfruto de los matices que lentamente voy descubriendo de la –para mi– bebida más maravillosa del mundo. Sobre todo cuando tengo delante la botella y veo la inscripción de 'scotch'. Al impregnar mis papilas me traslada a un mundo mágico de colinas cubiertas de brezo, de ciénagas de turba, de agua fresca y cristalina que brota de las rocas de granito, del sonido de las gaitas (valen las asturianas), de las faldas a cuadros, de las cornamentas de los ciervos en las paredes de madera noble, y del fuego en el hogar.
No sé si me queda alguno por probar, aunque no creo, salvo que sea de muy reciente incorporación. De todos los que por mi dilatada vida han pasado, al final me he quedado a vivir con el Glenrothes, enamorado de toda su selección de edades. Sólo una cosa me entristece: saber que el abastecimiento de agua procedente del Pozo The Lady's Well fue el lugar donde, según la leyenda, murió la única hija del Conde de Rothes, atacada por un lobo cuando intentaba salvar la vida de su amado. Menos mal que el propio Glenrothes me ayuda a ahogar mis penas.
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