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Si se piensa en esta bebida, el origen más frecuente en el imaginario del consumidor sería Inglaterra o Escocia. Hubo un tiempo en el que solo unos pocos aficionados conocían más de cinco marcas y, en la última década, ha alcanzado un éxito del que ... dificilmente se podrá deshacer. Efectivamente, se habla de la ginebra. Si a esta narración se asocia el nombre de Olegario García Díaz, gerente y propietario de Molín del Nora, da como resultado la primera ginebra de manzana asturiana, que ya se ha ganado el paladar de los críticos más exigentes.
Pero no todo fue tan rápido como la lectura de estas líneas. García Díaz, conocido y respetado en el mundo del ocio asturiano, decide en el año 1998 convertir una de sus pasiones en oficio: elaborar y ofrecer a los demás bebidas de calidad que, poco a poco, se alejen de lo convencional. La destilería comenzó con la creación de licores y aguardientes hasta aventurarse a producir su propia ginebra hace ya siete años. Si se debe sintetizar la historia de esta empresa, podría ser ‘continua evolución’. ¿El último paso que han dado? Lanzar durante el festival Gijón de Sidra un producto que rompe moldes, una ginebra de manzana que ya ha obtenido diferentes premios a la innovación y al mejor destilado en diferentes certámenes por sus características organolépticas.
«La clave del éxito está en ir formándose e innovar. Yo soy autodidacta, pero me gusta ir probando. Actualmente, trabajamos en un licor picante de hierbas y otro que dará de qué hablar, con 70 grados de alcohol. Nuestra idea es cambiar la dinámica y crear destilados aún más especiales».
En la destilación, una de las máximas de esta empresa es emplear materia prima de primera calidad. «Usamos el alcohol más puro posible, un grano de trigo excepcional y una combinación de especias muy cuidada. En el caso de la manzana, como no podría ser de otra manera, es asturiana y muy seleccionada», explica Olegario García Díaz.
García Díaz es también uno de los pilares de Cervezas La Xana, la primera cerveza artesana asturiana en aparecer tras la desaparición de El Águila Negra, allá por el año 2007. «El 21 de diciembre de 2007, éramos 21 fábricas en toda España; a 31 de diciembre del año 2016, ya eran 580. Tanto en la cerveza como en los destilados es importante ofrecer algo distinto, ya que actualmente hay un mercado muy competitivo y solo puedes destacar llevando a la mesa del consumidor lo mejor”, recalca Olegario García Díaz.
«El asturiano es un consumidor exigente y crítico. El grueso del público va a marcas comerciales, pero hay un porcentaje amplio que sabe escoger y está muy informado gracias a blogs, prensa y revistas especializadas», dice García Díaz. Estamos deseando saber con qué sorprenderá al consumidor en este neonato 2018.
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