Noélia Jerónimo, cocinera de Noélia

FéminAS 2024
«Hoy se paga mucho por comer la cocina pobre de ayer»

La televisiva cocinera portuguesa repite presencia en Asturias para defender el peso de la vinculación entre familia, legado y cocina

Jessica M. Puga

Gijón

Sábado, 26 de octubre 2024, 02:00

Noélia Jerónimo habla desde el mismo lugar que cocina: el corazón. En su restaurante Noélia, situado en Tavira, en el Algarve portugués y muy cerca de la frontera española, protege el legado de su abuela y los sabores de su país. Autodidacta, asegura que no hay nada mejor para aprender que leer mucho, estudiar y escuchar. Por eso una operación en la pierna no le va a impedir estar en Asturias los próximos días. La ha pospuesto porque quiere repetir la «experiencia total» que sabe que es FéminAs.

–Repite experiencia. Estuvo en FéminAs en 2022, ¿qué se llevó de aquella visita?

–¡Madre mía...! Aquellos días los llevo marcados en el corazón por lo que vivimos y por las personas tan especiales que conocí, que trabajaron conmigo esos días.

–El IV Premio Internacional Guardianas de la Tradición es para las raíces de la gastronomía portuguesa. Enhorabuena. Hablemos de ese rico legado.

–Me inspiro mucho en mi abuela. Intento no olvidar el pasado y traer lo que hacían ella, mi tía y mi madre, en definitiva, las personas que me han hecho ser como soy. Es tan importante la alineación entre cocina y familia... Yo cocino mi paisaje: estoy muy cerca del mar y aprovecho mucho la ría Formosa, que es un sitio encantador del que me viene un producto muy bueno y único. Trabajo con producto fresco, mucho marisco y pescado, y no tengo mucha carne.

–Defiende mucho la vinculación entre familia, legado y cocina. Hace unos años que esto centra el debate mundial, ¿nota ya evolución para mejor?

–Sí. Es que el pasado es muy importante; las tradiciones no se deben perder, podemos alterarlas un poco, pero no obviarlas porque de lo contrario estaríamos acabando con muchas cosas indispensables. Hoy se paga mucho por comer la cocina pobre de ayer porque es la más rica. A veces lo más simple es lo más difícil de hacer, porque en la cocina de los grandes chefs está todo medido, pero en la de los abuelos no, ahí solo tienes el alma de los alimentos y tienes que entenderlos. Por eso en esa cazuela acaba yendo también parte de tu corazón. La mía es una cocina de corazón, con alma, siempre debería ser así.

–Alma y conocimientos. Se interesó por la cocina muy joven y estudió mucho. ¿Es la base?

–Sí, es muy importante. Especialmente para mí, que nadie me ha enseñado nada más allá de mi familia. Leí mucho y me he inspirado en cocineros portugueses; españoles, así aprendí su idioma, y de todo el mundo. Es muy importante leer, estudiar y viajar para ver y comprender qué se está cocinando en el mundo si quieres llegar más lejos. Y luego tienes que saber bien lo que tú quieres que hacer. Soy muy insegura, siempre ha sido así; yo sé que nada sé y siempre tengo miedo de fallar, pero he aprendido que no tengo que inventar nada, sino hacerlo a mi manera y no a la de los otros.

–Tuvo una pizzería. ¿Es lo que pasa por estar en una ubicación muy turística?

–Antes una pastelería. Empecé a hacer unas tostadas de pan casero, que mi marido quería que fueran de pan industrial (ríe), y mucha gente empezó a venir, todavía hoy me las piden. Más tarde compramos la pizzería del local anexo y mi marido empezó a hacer pizza; yo, como eso no sabía, hacía los platos que me había enseñado mi madre, y por eso los clientes dejaron de pedir pizza, así que pizzería fuera. Sabía hacer pocas cosas, pero siempre he sido muy observadora y he sabido escuchar.

–¿Cómo enseñar a los turistas a 'bien conocer' la gastronomía?

–Tengo tantos portugueses en verano que no doy espacio a los ingleses (Ríe). A estas alturas del año la mayoría son extranjeros: ingleses, alemanes, franceses, que se habían ido y ahora vuelven, italianos y cada vez más de Canadá y de los EE UU. Pienso que entienden mi cocina, de eso se trata.

–¿La fama procede, en parte, de 'MasterChef Portugal'?

–No, antes ya era así. Ese ha sido un capítulo muy bueno y enriquecedor, he aprendido mucho y siempre estaré agradecida por haber podido ir. Este año no ha sido posible porque me tengo que operar la pierna y me es difícil estar de pie.