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ANA RANERA
Jueves, 16 de septiembre 2021, 13:53
La cocina, para Lucía Freitas, es trabajo y es pasión, aunque ya no es lo mismo que era antes porque «el covid ha marcado un antes y un después en mi vida», confesaba ayer. Lo decía mientras preparaba algunos de sus platos, en los que ... los vegetales son los protagonistas. «La cocina es una profesión, pero no es una vida. Yo necesité una pandemia para darme cuenta», aseguraba. «Venimos de momentos muy difíciles que nos han servido para aprender a priorizar y tenemos que ser conscientes de que si queremos un futuro para nuestra hostelería, debemos cambiarla porque nuestras familias tienen derecho a disfrutar de nosotros», proseguía.
Ese cambio de mentalidad del que habla ha hecho que, en su restaurante de Santiago de Compostela, en los últimos meses haya habido una reestructuración de horario, con el único objetivo de «tener vida». «Nuestros clientes vienen a disfrutar y nosotros, igual que somos abanderados de los productos de nuestra tierra, somos los encargados de dictar las nuevas reglas», explicaba. De hecho, ella cree que «la igualdad llegará cuando haya unos horarios dignos que permitan conciliar», porque sino «nadie va a querer trabajar en la hostelería».
Esas palabras tan crudas y reales las pronuncia haciendo al mismo tiempo alarde de su amor por el producto de la tierra gallega, la suya. «Hace años le perdí el miedo a tener un menú muy vegetal», desvela. Por eso, en las recetas que cocinó se impusieron este tipo de ingredientes. «El covid también hizo que retornase a la casa donde tengo el huerto y que empezase a pensar los platos desde la semilla», señala. Por eso, durante su demostración, utilizó para sus elaboraciones cebollas, champiñones, maíz y zanahorias, que son, según confiesa, «algunos de mis ingredientes fetiche».
Freitas da tanta importancia al producto de calidad porque considera necesario «poner en valor estos vegetales que la gente ya ni siquiera se molesta en cocinar en su casa», indica. «Esa falta de costumbre hace que una zanahoria sea suficiente para hacer un plato». En su opinión, es fundamental «inculcar a la gente que hay que comer verduras, pero sabiendo de dónde vienen porque hay que tener muy en cuenta el lugar donde las cultivaron».
Ya no hay excusa para no comprar alimentos de proximidad porque «cada vez es más fácil encontrar productos ecológicos» y eso repercute en nuestro bienestar y en el medioambiente. «La gente tiene que invertir en lo verdaderamente importante que es la salud y la nutrición», afirma Además, «tenemos la suerte de tener a nuestro alcance una gran variedad de vegetales y podemos hacerlo de una manera sencilla, pero divertida».
Ella dio ayer unas cuantas ideas para ir empezando este nuevo estilo de vida saludable y de conciliación, en el que «las mujeres tendremos que ser referentes de otras mujeres».
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