Las recetas de Esther Manzano son un viaje a través de los ingredientes que marcaron su vida. DAMIÁN ARIENZA

Esther Manzano: «Nos dimos cuenta de que la tradición es la esencia»

Esther Manzano defiende que la carta de los restaurantes esté «basada en nuestro entorno»

ana ranera

Jueves, 16 de septiembre 2021, 14:00

Los orígenes de la familia Manzano se leen en la carta de sus restaurantes y se saborean sobre sus mesas. Los cuatro hermanos tuvieron de cerca la hostelería desde la infancia porque sus padres tenían un bar-tienda, de esos en los que podías comprar «desde unas zapatillas hasta azúcar», contaba ayer Esther Manzano, la segunda de la saga. Ella tiene sus raíces en aquel negocio y «en el campo», porque cultivar la tierra «fue algo que me apasionó siempre», asegura. También le gustaba de niña «cacharrear en la cocina», aunque nunca imaginó que aquello acabaría por convertirse en su profesión. Manzano ya tenía su plaza en la Administración cuando empezó a trabajar de la mano de su hermano Nacho -a su regreso a Casa Marcial- y, a los dos meses de comenzar, «me di cuenta de que eso me hacía feliz».

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Su empeño entonces se convirtió en «basar la carta en nuestro entorno. Pensábamos que teníamos que utilizar nuestros recursos», indica. «Hubo momentos en los que creíamos que estábamos siendo demasiado tradicionales, pero también nos dimos cuenta de que esa es nuestra esencia», revela. «Hacer una cocina personal hoy en día está de moda, pero a nosotros nos salió de forma natural».

Ayer, quiso enseñar a los asistentes al congreso sus raíces e hizo «unos platos que resumen lo que yo he vivido». Los preparó, por eso, mezclando alimentos con experiencias vitales. «Nosotros cultivábamos maíz en nuestra casa», empezó diciendo, antes de lanzarse con la primera de las recetas, que tuvo este alimento como protagonista porque ella es de «ingredientes muy humildes», de esos que nunca faltaron en sus menús de infancia.

Siguió en los fogones contando su vida. «Luego me casé, me fui a vivir a Tazones y conocí otro tipo de productos. Ahí me di cuenta de que comían totalmente distinto a lo que yo estaba acostumbrada, entonces empecé a pensar en lo maravillosas que son Asturias y su gastronomía», relataba. Con este recuerdo, se lanzó a cocinar llámpares, «un producto modesto y difícil de conseguir, pero con bastantes peculiaridades».

La siguiente receta con la que se atrevió fue una que giró en torno a la xarda. «Es un plato de combinación de sabores que nos ha gustado mucho hacer este verano». Eso se debe a a que tiene «muchos matices», tantos como la cocina tradicional que sale de los fogones que alimentan su pasado y presente.

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