Toda la gastronomía del pescado apoya sus máximas realizaciones en dos axiomas fundamentales, frescor y punto exacto de cocción. Son las reglas elementales en base a cuya perfección su cocina permite disfrutar con plenitud de las cualidades gustativas, tanto de piezas cobradas en los cursos ... fluviales como en las especies capturadas en el mar. Estas afirmaciones, que resultan hoy principios irrenunciables en las normas básicas del más modesto mantel, no siempre fueron leyes ortodoxas generalmente admitidas, sino que, por el contrario, sufrieron importantes modificaciones a lo largo de un tiempo anterior. No hace todavía tantos años, cuando las comunicaciones resultaban lentas y difíciles y los polvorientos caminos de la Península presenciaban el paso, siempre incansable, de aquellos legendarios arrieros con sus carretas tiradas por fornidas acémilas, los pescados que llegaban a la meseta lo hacían en no muy buen estado de frescor. El picor en la carne y el ligero olor amoniacado de cualquier especie marina eran obligatoriamente efectos consustanciales al gusto del pescado llegado del mar.
Publicidad
De tal forma era así y hasta tal punto el consumidor de secano estaba habituado a los sabores de escabeches y salazones, únicas fórmulas de conservación del, por entonces, exótico pescado fresco, que todavía a principios del pasado siglo, numerosas pescaderías de Castilla, Aragón y Rioja exponían y colgaban al oreo y al sol las piezas dispuestas para la venta, con el único objeto de acentuar en ciertas ocasiones su grado de descomposición. Tampoco faltan razones para pensar que aquella cocina que hizo la «grandeur de la France» a finales del XIX y principios del XX, la de las salsas espesas, complejas y enmascaradas, tuvo entre otros motivos, una clara justificación gastronómica: disimular el excesivo mal estado en que llegaban a París numerosos productos alimenticios y, en especial, las partidas de pescados procedentes del mar. Era esta una cocina que transmutaba los posibles defectos de la materia prima con la que trabajaba, consiguiendo que los platos supiesen a algo diferente de su sabor inicial.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.