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NATALIA VIVAR
Martes, 27 de octubre 2020, 01:22
En los escaparates de las confiterías conviven ya estos días dos tradiciones; la propia, Todos los Santos, con la americana, Halloween. El resultado es una atractiva oferta de huesos de santo, buñuelos, teresitas y toda una suerte de chocolates y dulces diversos revestidos de formatos de calabazas y calaveras propios de la cultura americana. La fecha oficial de celebración es el fin de semana. Pero los gijoneses llevan ya días aprovechando la coyuntura para diversificar su gusto llambión en estas fechas tan necesitadas de 'vías de escape'. «La gente está desorientada y crispada por la larga pandemia. Y el dulce, en este momento, está siendo, sin duda, un bálsamo». Lo cuenta Inés Villaverde, encargada de la confitería La Playa y testigo, según cuenta, de que este aliciente ayuda a alegrar el día «desde el mismo momento de la compra».
Los confiteros intentan que el espíritu no se vea eclipsado por la coyuntura sanitaria. Así, en sus mostradores han desplegado ya toda su oferta de esta celebración otoñal para captar la atención de los ciudadanos. «Estamos intentando poner el mejor el espíritu posible en lo que hacemos como si estuviéramos en la normalidad», apunta Vanesa Misa, del Panrís de Tomás Zarracina, quien comenta que aunque la gente deba entrar al negocio de forma escalonada por las medidas de seguridad, la demanda está siendo elevada. En especial, precisa, optan de forma preferente por huesos de santo y productos más vinculados a Halloween, como galletas decoradas con arañas, calabazas, calaveras y fantasmas. «Seguiremos haciendo lo posible e incluso con más alegría para que puedan dejar de pensar en lo que está pasando», declara Misa.
Muchos continúan la tradición dulce de Todos los Santos. Mientras otros incluyen una oferta de postres que conquistan, sobre todo, a los más pequeños, con motivos exóticos, también terroríficos, de Halloween. En esta temporada, «los clientes fidelizados siguen viniendo» para disfrutar en familia de estas elaboraciones, destaca Ana García Chapero, empleada en Camilo de Blas, donde se atreven con dulces adaptados a la era de Halloween. Aunque «se sigue apostando por lo tradicional», expone García Chapero, quien apunta que «han aumentado los encargos y pedidos a domicilio».
Las pastelerías y confiterías no solo se preparan para estos días. También tienen el punto de mira en la Navidad. «Trabajamos mucho con encargos para reducir los tiempos de espera, pero con la incertidumbre de ver lo que pasa, no tanto en Todos los Santos, sino pensando ya en Navidad», declara Pelayo Álvarez, de la confitería de La Fé, todo un clásico en estas fechas. En el reino de la incertidumbre, concluyen, qué mejor que endulzar la vida con sus exquisiteces.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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