![Descubre las mejores croquetas de Asturias](https://s1.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202101/16/media/cortadas/croquetas-asturias-kPLB-U1302354071423LI-1248x770@El%20Comercio.jpg)
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El Día Internacional de la Croqueta rinde honores a uno de los platos más humildes y suculentos de la gastronomía nacional; nacida en Francia, pero perfeccionada y replicada hasta la saciedad en nuestro país. Los amantes de ese bocado crujiente, modesto, cándido e intergeneracional son legión.
Cocina de aprovechamiento para las madres, fritura delicada en manos de grandes chefs, las croquetas tienen la capacidad única de ligar infancia y alta cocina pues incluso los restaurantes con estrella Michelin presumen de su mano a la hora de cocinarlas.
La memoria, que abriga el recuerdo, tiende a recordar las maternas como las mejores del mundo. Envuelven bechamel pero también toda una vida. Como colarse en los hogares de toda Asturias resulta sencillamente imposible, esta selección de las mejores croquetas del Principado se basa en la opinión de la crítica, pero también de los comensales, que han convertido en templos de peregrinaje los restaurantes que las albergan. El entrante no se discute.
Restaurante Regueiro (Tox, Navia)
Diego Fernández ganó la primera edición de La Mejor Croqueta del Mundo en Madrid Fusión, allá en 2015, con unas croquetas que a día de hoy siguen encabezando las rankings nacionales por su cremosidad, sabor y delicadeza. Su cocina, arriesgada, viajera y en ocasiones radical guarda siempre un rincón para un bocado de tradición
El Corral del Indianu (Arriondas)
Jose Antonio Campoviejo ha convertido la croqueta en aperitivo imprescindible de El Corral del Indianu, restaurante donde brilla una estrella Michelin. Al cocinero, que oficia en Arriondas, le enamora la humildad de un plato capaz de devolver al comensal a la infancia. Por eso, cuida al detalle una receta en la que destaca la melosidad de la bechamel y la intensidad del sabor
Casa Marcial (Arriondas)
El asturiano que más ha hecho por las croquetas es, sin duda, Nacho Manzano. De su mano ha nacido una escuela reconocida a nivel nacional. Muchos de los cocineros que ahora bolean y fríen las mejores croquetas de Asturias y del país aprendieron de su mano. Las suyas, antológicas, se pueden disfrutar en Casa Marcial pero también en Gloria Casa de Comidas.
Casa Farpón (Mamorana, Pola de Lena)
Javier Álvarez Farpón, reciente Bib Gourmand y Caldereta de Don Calixto, es uno de esos discípulos avanzados de los hermanos Manzano. De su cocina salen una croquetas escandalosas, con un rebozado ligerísimo por el que, en ocasiones, se escapa una bechamel fluida. Todo un manjar.
Casa Belarmino (Manzaneda, Gozón)
A punto estuvieron las croquetas que elabora Ramona Menéndez en Casa Belarmino de convertirse en las mejores del mundo en la última edición de Madrid Fusión pero se quedaron a las mieles, mencionadas por el jurado como las segundas mejores del certamen. En el concurso compitieron con las de jamón, requisito imprescindible para participar, pero en su restaurante también las sirven de compango y callos.
El Recetario (Gijón)
El madrileño Alex Sampedro fue otro de los finalistas de La Mejor Croqueta del Mundo; en su caso, en 2019. En El Recetario de Gijón, restaurante que también se ha colado en las distinciones Bib Gourmand concedidas por la guía Michelin, sirve unas croquetas de campeonato. Clásicas y con un máximas muy claras: rebozado crujiente, poca grasa, bechamel suave y un buen jamón ibérico.
Pedro Martino (Caces, Oviedo)
Las croquetas de Pedro Martino escapan de la ortodoxia, con un relleno de picadillo que no es líquido, pero casi. Especialmente cremosas, las envuelve una capa crocante. El cocinero ha desvelado parte de su secreto: una crema de picadillo de chorizo al que incorpora unas hojas de gelatina para que bolearlas y empanarlas sea más sencillo. Una textura única.
Casa Gerardo (Prendes, Carreño)
No es fácil convertir la potencia de sabor del compango en un bocado sutil pero en Casa Gerardo lo consiguen desde hace décadas, con una croqueta cuadrada cuyo sabor evoca al de la fabada pero tremendamente cremosa y crujiente. La panceta, el chorizo y el lacón le dan, sin duda, un toque más que particular.
Restaurante Blanco (Cangas del Narcea)
La cocina del territorio es una de las señas de identidad de los hermanos Blanco y su madre Engracia Linde. Por eso, en su restaurante de Cangas del Narcea las croquetas son de chosco del vecino Tineo, una propuesta que huye de la ortodoxia y no convence, enamora.
Los Pomares (Gijón)
El universo vegetal llevado al mundo de las croquetas. La particular propuesta de la guisandera Pili Ramos esconde un relleno de coliflor, convertida en parte de un cremosísima bechamel, una más que agradable sorpresa para el paladar.
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Ana Vega Pérez de Arlucea
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