En las próximas tres semanas consumirá más calorías de las necesarias y es posible que tras la visita de los Reyes Magos le llegue el arrepentimiento. La presidenta del Colegio Oficial de Dietistas Nutricionistas del Principado de Asturias (Codinupa), Verónica Sánchez (Sotrondio, 1987) ... recomienda cómo cuidarse en estas fiestas en las que la mesa y la gastronomía se llevan buena parte del protagonismo. Si va a consultar con un profesional, asegúrese de pedirle la titulación correspondiente. «El intrusismo en este sector es amplísimo, sobre todo en diciembre y principios de verano».
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«Las calorías diarias necesarias dependen del gasto energético, el cual se calcula en función del sexo, edad, peso, talla y actividad física de la persona. La media recomendada para hombres y mujeres jóvenes, activos, con trabajos sedentarios, pero que practiquen algo de deporte, oscila entre 2.000 y 2.500 calorías. En estas fiestas, nos encontramos con de seis a ocho comidas en las que se sobrepasa el gasto energético normal. Sumando un poco de aquí y un poco de allá, hablamos tranquilamente de un extra de más de 1.000 calorías».
No irrepetibles. «Lo habitual hoy en las casas es que se coma plato único y postres no elaborados, pero en estas fiestas ocurre lo contrario. La Navidad es sinónimo de abundancia y en pocos hogares se ha perdido esta costumbre. En base a esto, lo que podemos hacer es considerar el cómputo de alimentos y servir en base al número de comensales, esto es fundamental. Un ejemplo: en la tabla de entrantes, procurar que haya más jamón y frutos secos que chorizo y elegir algún queso bajo en grasa. Lo mismo con los turrones: no es obligatorio cortar la tableta entera».
«No pasa nada por comer sobras; yo, a la hora de diseñar menús, repito platos de un día para otro porque ayudan a gestionar mejor el tiempo. Estas cenas son más calóricas y comerlas durante más de un día implica pasarse más de la cuenta. Que el día 26 y 27 sigas con sobras de Nochebuena, en función del menú, es pasarse. Para prevenir, hay que procurar cocinar lo que corresponda. Así, además, evitamos riesgos de intoxicación, que es algo que suele aumentar en estas fechas: sobra comida y la dejas sin guardar toda la noche o tienes la nevera llena y no aumentas su temperatura para garantizar que enfríe bien...».
«Es un error saltarse alguna comida o reducir lo que se ingiere para hacer sitio y compensar lo que se avecina porque cuando llega el gran menú, devoras, y si eres quien lo cocina, picas. La clave está en llegar con un hambre normal que te lleve a probar de todo, pero sin repetir. Mi ideal en estos festines es empezar con algo de verdura (ensalada, sopa, ratatouille) y seguir con la proteína (carne, pescado o marisco), evitando fritos y rebozados. Al final hay que ser un poco coherentes, que un día es un día y se puede disfrutar con mesura. No hay que olvidar que en Navidad es cuando más aumenta la incidencia de infartos, gota, descompensaciones de la glucosa, el sintrom...».
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«Es fundamental aprender a decir 'no' con educación y paciencia para no caer en más tentaciones de las deseadas, por ejemplo, cuando insisten en repetir un plato o rellenar la copa de vino. Igual te lo dicen 15 veces entre unos y otros. Yo, como profesional sanitario, recomiendo consumo de alcohol cero. A partir de ahí, si alguien decide consumirlo, que sea junto a un vaso de agua y que sea este el que beba cuando tenga sed, dejando el vino para la celebración y el disfrute. Lo mismo ocurre con bebidas azucaradas. El truco es negociar con los niños en este caso. Para mí, cuanto menos, mejor».
«La mayoría son descabelladas. Hay alguna que parece sostenerse con fundamentos, pero que, con investigar un poco, se cae. Lo que busca el consumidor es 'desintoxicarse' porque se siente pesado e hinchado. Lo que recomiendo es tomar algo más ligero al día siguiente de una cena copiosa o tras una comida, pero no castigarse obligándose a ello. Si busco compensar de esta forma por compromiso, terminará siendo contraproducente porque llegará la noche y un repunte de hambre que provocará comer sin control todas las sobras de la nevera. Te saboteas a ti mismo y eso no es bueno. Una recomendación: retirar de la mesa la bandeja de dulces una vez que todos hayan cogido de primeras, porque se acaba picando sin querer aun sin hambre».
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