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Muy cerca de la tierruca, el cocinero Rodrigo Vallejo se aleja por unos días del Mediterráneo para volver a cocinar el Cantábrico. El chef santanderino, afincado en Mallorca, se exhibe durante dos días –ayer y hoy- en el Restaurante El Círculo de Avilés en donde ofrece un contundente y gustosísimo menú a cuatro manos con Javier Rico.
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El nexo entre ambos se remonta casi tres años atrás, cuando los dos fueron seleccionados como finalistas en el Concurso Chef Balfegó, certamen en el que el asturiano ocupó finalmente el tercer puesto y que les llevó a sumergirse en la profundidad del mar para nadar entre atunes rojos. «No os imagináis cómo une una experiencia así», confesaría ayer.
Rico y Vallejo reeditan hoy su encuentro entre fogones con un alargado menú que refleja su juego de técnicas y creatividad, actualizando platos clásicos y jugando con mares y montañas, 'diversión' habitual del de Cantabria.
El contundente desfile de platos arranca con las Texturas de cocido, gustoso plato con mucho fondo ideal para templar cuerpo y ánimo durante esta ola de frío. Le sigue una ensaladilla rusa cítrica de navajas que incorpora encurtidos, pimiento rojo y un pronunciado sabor marino coronado por el bivalvo.
Llega el ajoblanco, ajonegro, uva y sardina ahumada acompañado de un buñuelo aireado de caviar y mantequilla. Cremoso, intenso, sutileza y equilibrio. Vallejo se luce con un meloso de rabitos de cerdo ibérico, gamba cristal en escabeche de maracuya que da paso a una original lubina villeroy, con furikake de musgo y jugo de lechugas aliñadas.
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Vuelve al pase Rico para interpretar el solomillo wellington a su manera. Esto es, con carrillera ibérica, calabaza y zanahoria. Aún queda hueco para el postre, que refresca versionando una suerte de 'taco crep' con helado de coco, papaya, pastelera láctica y zanahoria. El punto final del menú de la contundencia lo pone un postre clásico en el restaurante avilesino, la tarta de queso Gamoneu del Valle.
Vallejo, centrado a día de hoy en el asesoramiento de restaurantes, ha llevado las cocinas de El Serbal –una estrella Michelin-, El Grand Cru, el Restaurante Aromata, propiedad del chef Andreu Genestra, y también ha trabajado en el Grupo Berasategui, Pedro Larumbe, el Noma… En 2015 fue nominado a Cocinero Revelación y en su haber se acumulan distintos premios de gastronomía en miniatura.
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