Rubia, asturiana y 'prestosa'

Las ideas de emprendimiento nacen de lo cotidiano. Así, en un baño de verano, de los cientos que se ha dado en las aguas de la playa de La Isla, en Colunga, la ovetense Ana Otero se preguntó «por qué bebemos cervezas de otras comunidades autónomas, cuando podríamos hacerla nosotras». Y lejos de quedarse en un pensamiento dio un paso más. Fue en mitad de la pandemia cuando estaba terminando el máster de acceso a la Abogacía y, tras reflexionar sobre en qué quería invertir su futuro, tomó la decisión de que «una vez que hubiera cumplido con mis responsabilidades en los estudios y tras un primer contacto con el mundo laboral», emprendería.

Han sido nueve años fuera de casa y entre los destinos Madrid, Canadá, Liverpool, París y Lisboa. Pero en su mente, una región a la que volver: «Con cualquier asturiano que hablara que, como gran parte de los jóvenes se hubiera ido en busca de trabajo, llegábamos a la misma conclusión de que queríamos volver pero no había oportunidades».

Ahora, Otero ha conseguido cumplir con ese deseo de volver y crear su propia cerveza. El nombre cae de cajón, 'La Prestosa'. «En Asturias no decimos 'me encanta', no decimos 'me apasiona', decimos 'me presta», asegura, en cada una de las etiquetas del reverso de los botellines.

La fórmula la trabajó buscando «una lager, rubia, fresca, con ortiga y sin gluten, con un sabor que escapara de esa sensación de alcohol». Así nació 'La Prestosa', de la que el logo es en sí mismo un guiño al Paraíso: una gota -por las lluvias que mantienen verde la región, desde sus cabos hasta sus montañas- en la que en su interior se forma la Cruz de la Victoria, como la de la bandera. La cuenta atrás ya ha comenzado para Otero y tiene una fecha fijada en el calendario: el 11 de marzo.

Ese sábado tendrá lugar la presentación de la primera tirada de la nueva bebida, con 1.000 litros, que viene a complementar la oferta cervecera con la que cuenta Asturias y como alternativa a la sidra, en una sesión de aperitivo, amenizada por un DJ, en el bar Sibannac, en la calle Carpio, en el casco histórico. Una oportunidad de probar cómo sabe la vuelta a casa en busca de oportunidades.

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