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Ana Segura
Sábado, 25 de enero 2025, 15:55
Invierno de 1942. El frío arrecia en el puerto de Foynes, emplazado en la costa occidental irlandesa y destino habitual de hidroaviones. El oleaje es intenso. Las barcas tratan de alcanzar las naves para que el pasaje emprenda el viaje pero la mar bravía lo impide.
Frustrados, cansados y ateridos, los pasajeros no pueden embarcar. Hacen fonda en la tasca del muelle para comer. Joe Sheridan, responsable del local, tiene la santa ocurrencia de incorporar whisky al café y un toque final de nata para temblar cuerpo y ánimos, aportando calor y energía a los desafortunados clientes.
Cuenta la leyenda que uno de ellos le preguntó si el café era brasileño.«No, es irlandés», replicó. Nacía una receta que ha dado la vuelta al mundo y que hoy, precisamente, celebra su día internacional.
El puerto de Foynes terminó cerrando y Sheridan trasladó su restaurante y su fórmula al puerto de Shannon. Ahí lo probaría un reportero de viajes norteamericano, Stanton Delaplane, - a la postre ganador de un premio Pulitzer- quien quedó tan encantado con la propuesta que a su vuelta a la tierra de las oportunidades pidió a su hostelero de referencia que lo replicara.
Pero no sabía igual. El periodista volvió a Irlanda en busca de la receta y su creador se negó a compartirla. En lugar de ello, se fue con él a California para trabajar en el Buena Vista Café de San Francisco. Delaplane consiguió popularizar el combinado a base de escribir y escribir sobre él. El resto es historia.
La bebida entra ya por los ojos, con la combinación de colores de sus capas -en España son tres pero en el resto del mundo dos ya que se mezclan whisky y café-, y triunfa por la conjugación de un sabor suave y a la voz potente. La basé es café fuerte y caliente, al que se le añade whisky irlandés, azúcar y nata. Este último ingrediente no solo añade suavidad, sino también el contraste frío caliente. Parece sencillo pero requiere de técnica y la calidad de los ingredientes resulta fundamental.
Ingredientes:
6 gramos de azúcar
50 ml. de whisky irlandés Jameson
Dos expresos
Nata.
Preparación:
-Ponemos en una copa, el azúcar y el whisky irlandés. Calentamos en la lanza de la cafetera y vertemos el café, dos expresos, sobre la mezcla de alcohol y de azúcar.
-Semimontamos la nata en coctelera dejando una textura semi cremosa.
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