Julio Fernández, con una botella de sus productos en la mano. E. C.
«Regalar chupitos sentenció a los licores y los devaluó»
Julio Fernández, socio de La Boalesa ·
La Boalesa elabora, además de sus mieles, aguardiantes y licores artesanos | La marca, dedicada a la miel desde hace más de 25 años, también crea licores y aguardientes en un proceso natural que veta la presencia de cualquier aditivo en una apuesta por las esencias
ANA SEGURA
Jueves, 10 de junio 2021, 12:50
La Boalesa lleva toda una vida dedicada a la miel, recolectando y envasando el trabajo de las miles de abejas que dan sentido a una firma que suma más de un cuarto de siglo. Un año, hace tantos, su dulce campaña se les fue de las manos, con un amplio excedente al que decidieron dar un uso distinto: lo convertirían en licor. Fue el primero de una saga de destilados destinados fundamentalmente a la sobremesa que suma seis referencias, elaboradas en un proceso artesano.
-No se vende tanto licor como antaño. ¿Verdad o mentira?
-Verdad. Ha habido un cambio en los hábitos de consumo. Empezó hace cerca de 12 o 13 años. Primero, llegaron los controles de alcoholemia y, con ellos, la primera disminución de las ventas. A partir de ahí, han ocurrido muchas cosas que han ido siempre en una línea descendente.
-¿Por ejemplo?
-La crisis se llevó por delante las cestas de Navidad y los regalos de empresa que solían incluir una botella de licor o de aguardiente. Pasamos de tener unas ventas brutales en esa época del año a vivirla sin pena ni gloria.
-Ahora se regala ginebra ¿Ha hecho daño el boom del gin tonic?
-Quizás las modas han influido pero lo peor que les pasó a los licores fue que la hostelería los empezara a regalar. Sin pretenderlo, sentenciaron el producto. Se devaluó. Invitar a un chupito se convirtió casi en una obligación y, como el beneficio era cero, todo lo que llegaba a la mesa era malísimo.
-Cantidad y calidad no suelen ir de la mano.
-Si analizas los precios a los que venden algunos y todos los costes que tenemos que asumir, parece casi imposible. Pero ahí están. Nosotros hacemos licores distintos en un proceso totalmente artesano y sin incorporar ningún tipo de aditivo.
-¿Cómo se han adaptado a los cambios del mercado?
-Desarrollando otros formatos y analizando los nuevos nichos. Por ejemplo, los detalles de boda. La venta a particulares también se ha incrementado. Ahora, los licores se compran para consumo doméstico. Se disfrutan en el hogar más que en los restaurantes.
-Se han lanzado al comercio 'online'.
-Es el presente y, de momento, el futuro. Para empresas como la nuestra, alejadas de los núcleos urbanos, pequeñas y con dificultad para la implantación de redes de comercialización, es fundamental. También vendemos en tiendas pequeñas y gourmet, que siguen funcionando muy bien.
-¿Algún proyecto nuevo a la vista?
-Para nosotros, los licores son un complemento más pero estamos muy centrados en la miel y así seguiremos. No creo que tenga mucho sentido invertir en alcoholes porque las tendencias cambian y van a la baja.
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