Secciones
Servicios
Destacamos
Las 'chaponas' nacieron en la confitería Biarritz. Justo el día en el que el mítico negocio ubicado la escalera 8 del Muro echaba el cierre, Rubén y Laura, que comparten el apellido García, recogían un pedido la mar de ... especial. El regalo para los invitados a su boda, un detalle lleno de simbolismo, nostalgia y sabor. El dulce encargo les dejó tan buen sabor de boca que se fueron de luna de miel con la cantinela de la clausura del negocio y la posible desaparición de las galletas en la cabeza. Recién aterrizados del idílico viaje, se reunieron con Rosa Vilches. Le propusieron fabricar y perpetuar su creación. Él comercial, ella enfermera; ambos apasionados por emprender una aventura más juntos tras el vital 'Sí, quiero', pero ajenos hasta entonces a la repostería.
La empresaria aceptó y les propuso, además, sumarse al proyecto. Entre los tres convertirían el sabroso homenaje al monumento de Fernando Alba en emblema de un Gijón que, gracias a una receta que tardó en gestarse dos años, podía comerse a mordiscos. Montaron un obrador con venta directa al público. Abrieron ilusionados y solo una semana después estalló la pandemia. Todos encerrados. Para cuando la ciudad volvió a la vida, a Vilches le faltaba el ánimo para afrontar una nueva empresa y dio un paso atrás legando la fórmula del postre.
El joven matrimonio cogió el relevo y lanzó la marca Migaya. «Cuando comes un pastel o una galleta que te gusta, quieres comerte hasta el último trozo y esos pedacitos o migas que se deshacen dan como resultado nuestro nombre», explican. Hicieron propia la receta, aportando más asturianía con la escanda y productos «más naturales». Además, se propusieron crear nuevos dulces que dieran a conocer el enorme potencial de la tierrina a través de la repostería. El suyo es un proyecto «arte sano».
Ya están aquí las rocas de arroz con leche, presentes en el mercado desde hace apenas dos semanas, un producto con personalidad propia y preludio de lo que vendrá: 'llambionaes' que evoquen Asturias desde distintas perspectivas: a través de la imagen, como en el caso de las 'chaponas', o retornando y reinterpretando su esencia sápida.
A base arroz inflado, chocolate blanco y un toque de limón y canela, Migaya convierte en bombón un clásico del recetario asturiano, orgullosos Rubén y Laura de volver al sabor de la cocina de las abuelas. En la sombra les apoya un prestigioso pastelero, y además amigo, cuyo nombre aún no quieren desvelar. Lo harán muy pronto. El matrimonio compatibiliza su actividad repostera con sus quehaceres habituales y a Laura la pandemia se le pasó volando. Entre guardia y guardia en el atestado servicio de Urgencias de Cabueñes, las galletas ofrecían un motivo dulce para soñar. A ella y a quien las disfrutara.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.