María de Medeiros. E. C.

«Tarantino es un genio divertidísimo»

María de Medeiros. Actriz y directora de cine ·

La creadora portuguesa participa en el FICX con una 'masterclass' que celebrará los 20 años de su primera película como realizadora

PACHÉ MERAYO

GIJÓN.

Sábado, 21 de noviembre 2020, 00:06

No ha pasado el tiempo por ella. La misma mirada, los ojos enormes y el flequillo casi adolescente de 'Pulp Fiction', la sonrisa prolongada de la Fátima do Espiritu Santo de 'Airbag', y la eterna de la peluquera de 'Mi vida sin mí'. ... María de Medeiros (Lisboa, 1965) sigue igual, pero con dos décadas más que sus personajes. La vida le sonríe pese todo este «desastre», que la ha pillado en Francia, donde antes de las últimas cifras de contagios interpretaba un texto de Cocteau en un teatro «ahora cerrado». Y mientras sueña con la normalidad que está segura «volverá», no para, «aunque no salga de casa». Desde allí ofrecerá mañana, a las 20.45 horas, una 'masterclass' virtual en el Aula FICX, del Festival Internacional de Cine de Gijón, sobre 'Capitanes de abril', su ópera prima, con la que narra la Revolución de los claveles.

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-¿Será como volver a aquel abril del 74?

-Lo fue rodar la película y volver a poner los viejos blindados en las calles de Lisboa, que resultó una experiencia única. Con esta actividad en el FICX celebramos los 20 años que ya ha cumplido y volveremos a poner la mirada en aquella revolución de la que no puedo estar más orgullosa.

-Es lisboeta, pero no la vivió.

-Vivíamos en Austria, pero mis padres regresaron en seguida a Portugal y la sensación de todos es la de haberla vivido, sí. Mi madre era periodista política y mi padre conocía a todo el mundo. Yo puedo decir con orgullo que bailé rock and roll con Otelo Saraiva de Carvalho, uno de los líderes de la revolución, y que el mismísimo Salguero Maia, otro de los militares que guiaron la revolución, me facilitó la documentación necesaria para la película en la que estuve trabajando casi 13 años.

-Primera película como directora y primeros premios.

-Pusimos todos mucho sentimiento en el proyecto, por eso salió tan bien. Lo que pretendía era convertir en cine las sensaciones de aquellos militares que se sublevaron con claveles. Todos me decían recordar su vivencia como un momento de película. Unos aseguraban que una película de Oliver Stone, otros de Charlie Chaplin. Lo que hice fue crear algo entre los dos.

-Tras la cámara o delante de ella, ¿qué la hace más feliz?

-Me encanta ir de un lado a otro. Crear un personaje o una historia.

-Qué queda de aquella Fátima do Espíritu Santo de 'Airbag'?

-Bueno todos los personajes dejan vestigios. Me dejo ocupar por ellos, entras en su mundo y luego los dejas ir.

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-Siempre cineastas con un universo muy personal, empezando por el gran Tarantino. ¿Es como parece?

-Quentin es un genio divertidísimo. Meticuloso como nadie, sus guiones son como un libro que no permite un solo atisbo de improvisación, pero, por encima de todo, es divertidísimo. Tiene una máxima, como todos los directores con los que he trabajado: el cine es un arte y no se puede consumir en un instante y después olvidarlo. Tiene que dejar poso.

-Cine europeo o de Hollywood. ¿Que prefiere?

-La diferencia es abismal. En Hollywood se destina tanto dinero a la promoción como a la producción de la película, por algo la industria es el ministerio de propaganda del país. Ahora bien, si eres independiente solo tienes tu tarjeta de crédito. La gente se arruina por hacer una película, incluso por hacer una carrera. En Europa sabemos que la cultura es un derecho y requiere y tiene ayudas.

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-¿Habrá suficientes tras la pandemia? ¿Cómo la está viviendo?

-Espero que nadie se olvide de que el arte puede ayudar en estas circunstancias tan difíciles. Personalmente no lo estoy pasando mal. Trabajo en casa, escribo, pero sé que muchos están sufriendo.

-Volverá la cultura a ser el Ave Fénix?

-Estoy segura de que sí. Lo será.

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