Borrar
José Sacristán, con el galardón.
El FICX se rinde a Su Majestad Sacristán

El FICX se rinde a Su Majestad Sacristán

El actor recibió el premio Nacho Martínez en una gala dedicada a las víctimas de París

M. F. Antuña

Viernes, 20 de noviembre 2015, 23:17

Hubo música, palabras, chistes, tirones de orejas al Gobierno y al 21% del IVA cultural; hubo sentida dedicatoria expresa a las víctimas de los atentados de París y condena unánime al terrorismo; hubo vídeos y más vídeos poniendo luz sobre las proyecciones pendientes para los días venideros, pero por encima de todo hubo un absoluto protagonista al que le llovieron los aplausos. Tantos, que tuvo que pararlos con el movimiento de sus manos subido sobre un escenario con alfombra y escalera rojas. José Sacristán recogió el premio Nacho Martínez en la gala inaugural del Festival Internacional de Cine de Gijón con Nacho Carballo arrodillado y después de que el presentador, el actor Carlos Areces, le presentara con maestría: «Su Majestad José Sacristán».

Él, con esa voz profunda y densa, lo agradeció con agradecimientos y también con una mirada hacia París, presente desde el minuto cero de la ceremonia, cuando el director del FICX tomó la palabra para expresar el pesar y la dedicatoria a quienes perdieron la vida en la capital francesa. «Quiero sumarme a las palabras de Nacho de condena al atropello de París», dijo, y añadió que el FICX tiene autoridad moral para hacerlo y para defender la cultura porque lleva 53 años en esa lucha. Pero más allá del recuerdo, habló de su relación con Nacho Martínez, siempre «leal y consecuente», y sobre todo de su pasión por ese juego en el que lleva 60 años y que consiste en «hacer creer al otro que soy quien no soy». Es dijo un «juego maravilloso que me permite recuperar al crío que llevo dentro», es un lujo y una suerte seguir queriendo con 78 años ser un bombero o un mosquetero. Y en ello seguirá: «Cuido mucho esta forma de jugar mía para que sea de utilidad para algunos de vosotros».

Llegó ya en el tramo final de la gala ese momento mágico. Antes hubo otros más. Empezando por el principio, la música de Nikki Hill, que precedió a Carlos Areces, que como los cuatro músicos que actuaron en directo, bajo, batería, guitarra y teclados ya no abandonó el escenario y fue guiando, con humor y autocrítica hacia las galas largas y tediosas, las intervenciones que se sucedían.

Ocho minutos de interrupción en la proyección de la película inaugural

  • La proyección de la película inaugural, La calle de la amargura, de Arturo Ripstein, tuvo que ser interrumpida por un problema técnico. Sucedió al cuarto de hora de comenzar. Ocho minutos fue el tiempo necesario para solucionarlo y continuar con la cinta del autor mexicano.No es la primera ocasión en la que es preciso paralizar una de las películas, aunque lo llamativo es que haya sucedido en la gala inaugural. Hubo algunas personas, como el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, que abandonaron la sala.

Porque, como toda gala que se precie, tuvo momentos demasiados largos y otros que incluso se quedaron cortos. La emoción se impuso cuando Katrina Bayonas recogió su premio Mujer de Cine. La representante de artistas se estremeció al escuchar las palabras que le dedicaron la actriz Elena Anaya y la directora de la Asociación Mujeres de Cine, Ana Palacios. Ambas hablaron de la inagotable «tejedora de sueños», volcada en un trabajo al que llegó herencia familiar. «Tiene una pasión enorme e infinita», afirmó Elena Anaya, que recordó toda su trayectoria y cómo comenzó a trabajar con ella cuando tenía 19 años. Ella, que escuchó las palabras de Jordi Mollá desde la pantalla, hasta lloró al recoger su premio. «Mujer de cine, suena de maravilla, es un honor, una gozada».Eso sí, miró al futuro pensando en que nada mejor que hacer innecesaria una asociación que reivindica a las mujeres. «Ojalá que en el futuro no tenga que existir».

Otro de los que cosechó aplausos y derrochó en agradecimientos fue el cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul, que fue presentado por el productor y miembro del jurado Luis Miñarro. Elogió un festival que aprecia «la diversidad» y que abre las puertas a las nuevas generaciones de cineastas y a la libertad creativa y recordó cómo cuando era un niño tapado con una sábana y con una linterna hacía su primer cine. Esa sábana se ha extendido ahora hacia todo el que quiera mirar bajo ella en esta edición del FICX.

Ruth Gabriel, Sara Rivero, María Cotiello, Alfredo Aracil... fueron subiendo al escenario para presentar los ciclos que componen la programación del festival y fue ya al final cuando llegó el turno del plato estrella, la Sección Oficial, compuesta por un total de 17 películas, que habrá de juzgar un jurado internacional compuesto por el productor Luis Miñarro, el crítico Klaus Eder, la directora Vanessa Montfort, el cineasta Álvaro Brechner, el consultor Tom Davia y el crítico Giona Nazzaro. Y al frente de ellos, una mujer, Assumpta Serna. «Vamos a tratar de hacerlo lo mejor posible», avanzó la actriz.

Acababa la gala, bromeaba Carlos Areces sobre cómo el tiempo se había alargado hasta hacer reclamar a una señora de fila 4 la entrada de los GEO y a un tipo de la fila 2, la eutanasia, cuando se acercaba la hora de ver películas. La primera, La calle de la amargura, de Arturo Ripstein, que no se fue del Teatro Jovellanos sin llevarse el aplauso previo tras la proyección. Y también más de una sonrisa. Fue esueto para no alargar más la gala y resumió en muy pocas palabras su obra: «Va de putas y de enanos, les va a gustar».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El FICX se rinde a Su Majestad Sacristán