El Gran Wyoming: «El cine no son las estrellas que salen en las marquesinas, es una gran industria»

«Es una gran alegría dar el pistoletazo de salida al FICX por ir a Asturias, que jamás defrauda», empieza diciendo. Pero no solo le da felicidad la aventura por el destino, sino que también se alegra de venir de la mano del séptimo arte. «Eso siempre es un hecho a celebrar. Todo lo que sea proyectar la cultura, es una alegría inmensa».

Más aún cuando, en esta ceremonia, se encontrará con María de Medeiros, una admiradora suya que recibe, esta vez, el Premio Especial del festival. «Hace años recibí un paquetito en casa que me lo mandaba ella y no pude contestarle porque no tenía la dirección. Mañana le daré las gracias». Y, además, recordará aquellos tiempos, ya muy lejanos, en los que estuvo en el festival como invitado, junto a Rossy de Palma.

Porque Wyoming tiene mucho cine a sus espaldas y recuerda que «antes, lo que hoy es cine independiente lo veía muchísima gente y se estrenaba en la Gran Vía de Madrid». Los tiempos han cambiado y las grandes plataformas hacen que cada vez consumamos más películas comerciales y menos cultura alternativa. «Probablemente la gran competencia haga que exijan productos más comerciales», reflexionaba.

Todo eso ocurre dentro de esta España en la que el cine siempre ha tenido sus detractores. «Hay una parte de medios de comunicación y de radio que sistemáticamente vapulean el cine y lo tratan como si fuera un ente subvencionado», se queja. Y lo argumenta: «Todas las industrias de España están subvencionadas, el cine no es una excepción y tiene el mismo derecho a acceder al Ministerio de Industria, que la industria del calzado, por decir una». El presentador recordaba entonces que «el cine no son las estrellas que aparecen en las marquesinas, sino una industria en la que trabajan miles de personas».

Él habla desde su experiencia como actor y como guionista, unos trabajos a los que no sabe si algún día volverá. «Con un programa diario es imposible, pero es un oficio que a cualquiera le encantaría». Y le da igual verse delante que detrás de la cámara porque eso son «distintas caras de una misma historia» y en todas encuentra la postura perfecta para sentirse a gusto.