-Acaba la edición número 60. Especial por muchas razones. Dígame tres o cuatro momentos especiales, inolvidables.
-Es difícil quedarse con solo tres o cuatro instantes, porque cada día de la 60ª edición nos ha traído varios momentazos irrepetibles. Uno de ellos fue, por ejemplo, tener la ocasión de propiciar que se conociesen Maria de Medeiros y Albert Serra. Nunca habían coincidido, aunque se admiraban mutuamente, y Gijón fue el escenario para su primer encuentro. Otro momento increíble fue poder moderar el encuentro con el público tras la proyección de Sparta de Ulrich Seidl. No estaba anunciado en el programa y las caras de la gente cuando les anuncié que Seidl vendría a responder a sus preguntas tras la proyección eran de «gracias, FICX, por regalarnos este pedazo de momento». Fue también preciosa y muy emotiva la rueda de prensa conjunta de Sonia Grande, ganadora del Premio Isaac del Rivero, y de Patricia Ferreira, galardonada con el Premio Comadre de Cine. O el brindis que dedicamos al gigante Jean-Luc Godard en el Toma 3, con Mitra Farahani y prácticamente todos los invitados del festival alzando su copa al borde de la lágrima invocando al gran maestro…
-¿El cine sin mascarilla se vive mejor?
-Sin duda, y también la vida en general. Como a casi todo el mundo que viste gafas, la mascarilla me resulta bastante engorrosa, así que la eché de menos muy poco este año. Obviamente la seguimos usando siempre que es requerida, pero no podemos negar que la normalización de la situación pandémica y la desaparición de las restricciones nos han ayudado a vivir, por primera vez desde 2019, una edición mucho más parecida a las de antes. Y se agradece mucho.
-Ya sabemos que no tienen cerrados los datos, pero las impresiones iniciales respecto a la respuesta del público en las salas ¿cuál es? ¿Y de los escolares? ¿Cómo ha sido la respuesta de la comunidad escolar a Enfants?
-Efectivamente, aún no tenemos los datos cerrados, pero podemos constatar ya un notable aumento de recaudación tanto en las sesiones dirigidas al público general como en las sesiones escolares. Esto me parece muy importante porque ratifica que los festivales somos agentes activos imprescindibles para lograr la re-fidelización del público asistente a las salas, que por desgracia aún no ha recuperado el nivel del año anterior a la pandemia. La comunidad escolar ha respondido de forma entusiasta un año más, y esta vez y de manera deliberada no hemos ofrecido a los centros educativos links de las películas, precisamente para fomentar la vuelta a las salas del público más joven, ese que necesitamos que continúe perpetuando el visionado de cine como experiencia grupal, como acto compartido.
-¿Cuál es su impresión respecto al palmarés de esta edición?
-Los palmarés siempre me parecen bien, en tanto premian películas que están seleccionadas por el Festival y que, por ello mismo, nos parecen muy valiosas. Obviamente uno siempre tiene sus preferencias y suele haber decisiones sorprendentes, pero en este caso creo que han brindado premios, por lo general, lúcidos y equilibrados, que se alzan en buena muestra de lo ofrecido por el FICX en su 60ª edición. Mención aparte merecen las espectadoras y los espectadores del FICX, que me parecen los mejores del mundo: que películas como 'The Fire Within', de Werner Herzog, 'Cabeza y corazón', de Ainhoa Andraka y Zuri Goikoetxea, o 'Hilos', de Tito Montero, hayan cosechado los principales premios del público creo que habla muy muy bien del gusto de nuestro público.
-Ya llevamos tres ediciones con las tres secciones oficiales. ¿Está contento de cómo está funcionando esta manera de trabajar?
-Sí, muy contento. Tengamos en cuenta que habitualmente la única película 'triunfadora' eclipsaba a todas las demás, y solía estar siempre firmada por nombres muy consagrados, como Hong Sangsoo, Pedro Costa o Kelly Reichardt. Gracias a esta nueva forma de trabajar, cineastas emergentes como Alexandru Belc, Sofía Jallinsky y Basovih Marinaro o el mencionado Tito Montero comparten protagonismo en el palmarés, de igual a igual, con gigantes como Ulrich Seidl, Werner Herzog o el mencionado Hong Sangsoo. Ese era y es el objetivo: equiparar a jóvenes talentos con grandes maestros, y se está cumpliendo.
-Acaba esta edición y es momento de tomar nota y ver qué nuevo se puede hacer, hacia dónde mirar para la 61. ¿Qué retos se plantea de cara al futuro?
-El Festival está aún haciendo acopio de datos de asistencias a todas sus actividades y a la espera de las encuestas, que tanto nos han ayudado a pulir nuestro modelo de certamen en 2022. Y pronto arrancarán Sundance, Rotterdam, con una maravillosa película asturiana en su sección competitiva, y Berlín, que empezarán a marcar el camino que seguirá el audiovisual en 2023. Pero el FICX también continuará haciendo seguimiento de proyectos por fuera de estos grandes festivales, estrategia que está consiguiendo atraer la atención de buena parte del panorama cinematográfico internacional sobre Gijón, como ha sucedido, por ejemplo, con el estreno mundial de 'Clorindo Testa', de Mariano Llinás, en esta última edición. Aún es pronto para adivinar cómo va a ser la edición de 2023, pero parece claro aquello que no queremos que el FICX sea: no deseamos ser un festival de acumulación, sino de filtro. No deseamos ser un festival empeñado en crecer en cantidad y volumen, sino en calidad y mimo. No deseamos ser un festival basado únicamente en los preestrenos, sino volcado en los descubrimientos…
-Llegó en 2017, el FICX ha pasado por diferentes momentos, incluida una pandemia. ¿Dónde cree que estaba cuando llegó y dónde lo sitúa ahora?
-Desde 2017, la ayuda recibida por el FICX por parte de la Comisión del ICAA - Ministerio de Cultura de España ha crecido hasta lograr su máximo histórico por cuarta vez consecutiva en 2022, alcanzando por primera vez los 100.000 euros, lo que supone un incremento del 88% en los últimos seis años. El FICX también ha recuperado, desde 2018, el apoyo de la Comisión Europea, que ha otorgado al proyecto del Festival Internacional de Cine de Gijón la sexta máxima puntuación de entre 97 festivales europeos en su última convocatoria, siendo de nuevo la más alta de todos los festivales españoles concurrentes. Durante los seis últimos años hemos alcanzado asimismo máximos históricos de asistencia en salas y online. Y este mismo año hemos sido invitados de honor en el Marché du Film del Festival de Cannes por primera vez en toda la historia del FICX. Creo que todos son datos objetivos que sitúan al festival en la misma liga que certámenes que nos duplican y triplican en presupuesto. Y estamos consiguiendo que la marca Gijón gane año a año en prestigio y en atractivo como destino para un turismo cultural civilizado.
-Llega la Navidad, así que escriba la carta a los Reyes. Pida aunque sean imposibles.
-En mi casa somos más de Santa Claus (risas). Son muchas las personalidades que uno sueña con traer al FICX cada año. De hecho algunas nos han visitado en esta última edición: Maria de Medeiros, Pedro Costa, Elina Löwensohn, Albert Serra, Elena López Riera, Ulrich Seidl… Tenemos varios nombres en la recámara pero preferimos no mencionarlos porque confiamos en que, una vez más, nuestros sueños se hagan realidad. ¿Por qué no?
-El FICX termina pero el año continúa y uno de los objetivos siempre es estar más presentes todo el año. ¿Qué nos deparará el FICX en el invierno, la primavera y el verano?
-El FICX es uno de los pocos festivales del panorama internacional que organiza actividades durante todos y cada uno de los doce meses del año, y mantiene un altísimo nivel de colaboraciones. Así, estamos trabajando ya en FICXPlus, nuestro programa de actividades durante todo el año, que incluye la programación de más de 300 proyecciones en el Principado de Asturias de la mano de nuestros compañeros de Laboral Cinemateca, que llevan a cabo una labor magnífica haciendo llegar el cine de autor y de calidad a 25 concejos de nuestra región. Además, seguiremos colaborando con el MUSOC, con POEX, con la FeLiX, con el Ye Yé, organizando la III Muestra de Cine y Sostenibilidad de Gijón, llevando a cabo una segunda edición del Cine Club 60 de la mano de la Sociedad Cultural Gijonesa… Y también haremos lo posible para recuperar cuanto antes las proyecciones de FICXPlus en el CMI de Pumarín - Gijón Sur, entre otras muchas actividades.
-¿Qué hace el director del FICX el día después?
-Como decía mi buen amigo Roberto Cueto, el día después de la finalización de un festival de la exigencia y la dimensión del FICX es uno de los más raros del mundo. Es imposible evitar una cierta sensación de vacío, pues pasa uno de tener una agenda frenética a dar por finalizado el trabajo de todo el año en cuestión de horas, lo que conduce fácilmente a la melancolía... En todo caso, nada que no cure una sopita caliente, una manta y una buena película de animación junto a mi hija Gretchen. Mano de santo.