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ANDRÉS SUÁREZ
GIJÓN.
Jueves, 25 de abril 2019, 03:43
'O yo o el caos', dice sin decir Pedro Sánchez cuando se sube al escenario y toma el micrófono para dirigirse a la concurrencia. 'O yo o el caos' que, tal y como lo expresó ayer en Gijón, en uno de los actos más masivos de la campaña del PSOE con la asistencia de unas 3.000 personas ... , significa que el próximo domingo solo hay dos opciones sobre la mesa: o la alternativa socialista que asegura «estabilidad» al país, o el acuerdo de «las tres derechas», en referencia a PP, Ciudadanos y Vox, que supone «un retroceso de 40 años». Una vuelta atrás que, pronosticó el presidente del Gobierno y aspirante a la reelección del partido del puño y la rosa, implicaría una «recentralización» de competencias autonómicas que, dio a entender, penalizaría la sanidad y la educación de que en estos momentos disfrutan los asturianos.
La Federación Socialista Asturiana dio ayer muestra de su capacidad de movilización al reunir a un nutrido auditorio en Gijón para escuchar a Sánchez en la decisiva recta final de la campaña. Solo el PSOE y Vox han sido capaces de sacar músculo en esta carrera hacia el 28-A con mítines al estilo clásico y masiva concurrencia, mientras que el resto de formaciones han optado por actos más sectoriales y de menor exposición pública. Anoche la satisfacción era visible en los corrillos socialistas, un optimismo solo salpicado por el 'runrún' que acompaña a la ausencia del presidente del Principado, Javier Fernández, en acontecimientos como el de ayer. El pasado es el que es y nadie lo ignora, pero sigue siendo objeto de comentario.
Pero, más allá de las cuitas políticas, el mitin puso de manifiesto que el PSOE acaricia la victoria en la cita del domingo pero que alberga dudas sobre las opciones que tendrá a la hora de buscar alianzas. En ese contexto hay que enmarcar los reiterados emplazamientos de Sánchez y del resto de intervinientes a que el votante, sobre todo el progresista y de izquierdas pero también el de centro que se aleja desencantado de Ciudadanos, se decante por la opción socialista. «No hay intermediarios, hay que votar al único partido que garantiza que no sumen las tres derechas, que es el PSOE», dijo el candidato, en un mensaje orientado a seguir atrayendo a quienes 'huyen' de Unidas Podemos.
Para Sánchez, el 28-A es un todo o nada. O la propuesta del PSOE, que pivota sobre los principios de «justicia social, convivencia y ejemplaridad», o la alternativa de un pacto de PP, Ciudadanos y Vox, que «pueden sumar» y que representan una «amenaza» cierta.
En este punto, el presidente puso ejemplos. Alertó, en concreto, del peligro de una «recentralización» del poder y de las competencias en Madrid en detrimento de las autonomías, una posibilidad que criticó en la medida en que defendió el avance que el autogobierno ha supuesto para que Asturias haya desarrollado un sistema sanitario y educativo público de calidad. Entre esa involución que afeó a la derecha y el rupturismo del independentismo catalán, Sánchez presentó al PSOE como «único partido que defiende el Estado de las autonomías».
Salvo esa alusión colateral, el de Sánchez fue un discurso en clave estrictamente electoral y nacional que dejó fuera cualquier referencia a las cuestiones prioritarias para Asturias. Se quedó en una anecdótica alusión a la fabada y dejó hacer a quienes intervinieron antes -Adrián Barbón, Adriana Lastra y Ana González- a la hora de referirse a las cuestiones puramente regionales. Lo que no evitó fue, haciendo frente al discurso de la derecha, beligerante en este punto, tanto presumir de su españolidad -«estoy orgulloso de ser español»- como garantizar que en caso de continuar en la Moncloa en modo alguno se producirá la independencia de Cataluña.
Fueron sobre todo Lastra y González quienes llevaron el peso autonómico y local de las intervenciones. La candidata al Congreso presumió de que en solo diez meses el PSOE ha conseguido desbloquear asuntos que con el PP habían quedado paralizados, caso del plan de futuro de Hunosa o el plan de vías de Gijón. La cabeza de lista, además, dejó una de las frases del mitin a la hora de apelar a una masiva movilización el domingo: «La abstención es la cuarta derecha de estas elecciones, un día de abstención son cuatro años de retroceso». La aspirante a recuperar la Alcaldía de la ciudad el 26-M, por su parte, presumió de que, «pese a los agoreros», el plan de vías avanza ya gracias a la gestión del PSOE.
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