Elecciones generales: resultados en Asturias

El PP logra resarcirse: «Los asturianos están pidiendo moderación y cordura»

La cabeza de cartel al Congreso, Esther Llamazares, defendió que el PP ganó en Asturias «por no tener discursos vacíos ni tomarle el pelo a los ciudadanos». «Los ciudadanos de nuestra tierra están pidiendo moderación, cordura, sensatez y profesionalidad», añadió.

El secretario general, Álvaro Queipo, dijo que su partido es el único que crecía en escaños en Asturias y confió en que Alberto Núñez Feijóo entre en La Moncloa «en semanas» con un Ejecutivo que «ponga a Asturias en la agenda nacional, de donde nunca debió salir». Para ello instó a los socialistas a que «no bloqueen los resultados». «Feijóo se ha ganado el derecho a gobernar», dijo.

Fue el colofón a una noche extraña, de búsqueda de explicaciones en corrillos. Con bailes en el recuento al Senado y la ausencia de Teresa Mallada, que excusó su presencia tras una campaña propia como candidata al Senado a base de vídeos en redes.

El retrovisor dice que en noviembre 2019 el partido concurrió en coalición con Foro, logrando dos escaños y el 23,21% de los votos, quedando a diez puntos de los socialistas. Ahora logra tres escaños con más del 35%.

Tras cuatro elecciones generales compartiendo cartel con Foro, el PP competía en solitario, y ante el resultado Pablo González, presidente del partido en Gijón, pidió sacar conclusiones: «Cuando la derecha va más unida y Foro no incide en el resultado del PP, el PP gana en Asturias. Es algo que debería hacer reflexionar a algunos». «Asturias ya es de centroderecha, casi el 60% vive en municipios gobernados por el centroderecha», añadió el portavoz parlamentario, Diego Canga. «No ganamos las elecciones autonómicas porque fuimos divididos», reiteró.

Silverio Argüelles García, jefe de campaña reconocía al inicio de la noche que «el resultado bueno es conseguir tres diputados, el excelente llegar a cuatro». Ganar donde hace 57 días se impuso el PSOE era algo también «muy importante para la dirección asturiana». El PP no lo lograba desde 2016. La campaña emuló «las que hacía Feijóo en Galicia, donde presentaba un proyecto eminentemente municipalista», explicó Argüelles. La dirección cogió el programa nacional y fue coordinando con Génova los temas sobre los que percutir en cada tramo de la campaña.

«La diferencia con mayo es la rareza de organizar una campaña cuando la mitad de la gente está de vacaciones», desgranó Álvaro Queipo, secretario de organización. El partido conjugó la situación apostando por «el formato de localizaciones exteriores para hacer mítines, algo a lo que no nos habíamos atrevido antes», recordó.

«En estas fechas es muy costoso ir a grandes movilizaciones y tener el partido completamente activado», indicó el secretario general que mostró su orgullo por contar con «una cifra récord» de más de 1.400 interventores y apoderados.