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No hay candidato pobre. Los cinco principales ejercieron su derecho a voto en barrios que lideran el ranking de las rentas más altas. El presidente en funciones y cabeza del PSOE, Pedro Sánchez, lo hace en el Centro Cultural Volturno, en la zona de Somosaguas- ... Humera que ocupa el puesto 3 a nivel nacional con una renta declarada por persona de 62.000 euros anuales. En ese mismo centro electoral vota su vecino, Albert Rivera, de Ciudadanos. El candidato del PP, Pablo Casado, acude al colegio Nuestra Señora del Pilar, en Chamartín, un barrio que está en el décimo lugar con una renta de 39.700 euros por habitante. El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, vota en el colegio público La Navata, un barrio de chalets dentro de Galapagar, del que la Agencia Tributaria no ha publicado datos específicos pero el conjunto de la región, tiene unos 33.000 euros por persona. Por último, el que menos tiempo tiene con partido propio, aunque con largo recorrido en política, Santiago Abascal vota en el colegio electoral del barrio de Hortaleza-Pinar del Rey, el más modesto de los cuatro mencionados, que se coloca en la posición 27, con una renta media por vecino de 30.000 euros al año.
Coalición por Melilla, el partido político de esa ciudad autónoma, tenía un «sueño», decían. Y quisieron comprarlo con 200 euros, para quien depositara un puñado de votos con sus siglas. Siete para el Congreso y dos para el Senado. Papeletas y dinero en la misma carpeta de un hombre que ha sido detenido por un delito electoral.
Con un disfraz de oso polar de unos 14 euros se vistió el presidente de una mesa electoral de Osma. Era una protesta, no por el cambio climático, que bien podría, sino por haber salido en el sorteo electoral. El atípico miembro de mesa se llama José Luis Lamela, de profesión jornalero y tiene 38 años. Como cree en la democracia «asamblearia» quisiera poder negarse a ser presidente de mesa pero tampoco quiere pagar multas ni ir con camisetas reivindicativas que le podrían llevar al «calabozo», según él. Seguramente es el presidente de mesa más «mono» de toda España.
Para rescatar la papeleta del Congreso de la urna del Senado, donde la había depositado por error una votante, la presidenta de la mesa electoral de El Palmarillo, en Dos Hermanas (Sevilla), abrió la caja, sacó el sobre y la volvió a cerrar. Ante tal acto, Vox y PP denunciaron manipulación a la Junta Electoral esta tarde, pues no estaban presentes cuando sucedió la apertura de la urna. La mesa podría ser impugnada.
Sin disfraz pero con una bandera de España en los hombros, un presidente de mesa quiso ponerse manos a la obra en Torrelodones. No pudo. La Junta Electoral, ante el requerimiento del ayuntamiento, declaró que él, como cualquier miembro de mesa, sólo puede tener enseñas visibles que le acrediten como tales, y que la rojigualda es un «símbolo político» propio de una «campaña electoral», algo a lo que Vox parecía dar la razón, al imprimir en gran tamaño la bandera en sus acreditaciones de los apoderados de Logroño. Tuvieron que recortarlas de sus solapas.
Con una pistola cargada quiso irrumpir en el colegio electoral de Poblenou del Delta (Cataluña). Estaba escondida, pero la policía detectó el cañón sobresaliente, y lo detuvo. El hombre, vecino del pueblo, tiene unos 70 años, el arma tenía el serial borrado e iba también con una navaja. Ha sido detenido por un delito electoral y tenencia ilícita de armas. Esa persona «amable», según el alcalde, no tenía antecedentes y se desconocen sus intenciones.
Cerca de un centro electoral de Valladolid también se detuvo a otro hombre armado que además tenía las manos ensangrentadas. Con actitud violenta el individuo de 29 años amenazaba a los que iban a votar en el Centro Cívico Bailarín Vicente Escudero, hasta que actuó la policía.
Gabriel Rufián votó en Sabadell (Cataluña), donde un apoderado de Vox, con su credencial verde manzana más visible que su cabello punk, le pidió un retrato juntos. No era un selfie. La cámara estaba a cierta distancia. Rufián lo abrazó por abajo y el de Vox le pasó el brazo por los hombros. La imagen corrió por las redes. Poco después, el diputado de ERC pidió disculpas por Twitter. «Jamás le he dicho que no a una foto a nadie», afirmó. «Pido disculpas a quien se haya podido enfadar», sentenció el otrora verso libre del Parlamento, junto a una secuencia en que demuestra que la gente se turnaba para fotografiarse con él. Las cosas del pop digital.
Hoy al entrar y al salir del colegio electoral del barrio de Sabadell en el q voto mucha gente me ha pedido fotos. Entre ellos unos apoderados de VOX. Jamás le he dicho q no a una foto a nadie pero entiendo q estas puedan molestar. Pido disculpas a quien se haya podido enfadar. pic.twitter.com/jehVqZm0mN
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) November 10, 2019
Donde nadie se ha disculpado ha sido en el colegio electoral de Inés Arrimadas, donde un grupo de unas veinte personas la esperaban con pitos y gritos de «facha», «fascista», «vete a Madrid». Ella, cuya entereza no se puede negar, disminuyó el paso e incluso se detuvo a conversar con dos señoras, apoderadas de Ciudadanos, mientras seguían los gritos y las fotos con los móviles. Al rato, dos apoderados, uno de Ciudadanos y otro de JxCat, tuvieron un careo sin llegar a las manos. Todo quedó en otra foto.
Aparte del cachorro de Albert Rivera, que sigue siendo carne de memes en internet, otro can ha sido protagonista de la jornada, porque se comió la «carta certificada» en la que se nombraba presidente de mesa a su dueño, que llegó al centro electoral de O Couto (Orense, Galicia) con la excusa de la hambrienta mascota y sin papeles. Ni siquiera servía su DNI, que era ilegible. Le sustituyó su suplente pero la mesa comenzó a funcionar con retraso.
Un tal Iker Casillas tiene una encuesta en su perfil de Twitter, que a estas horas lleva ya más de 60.000 votos. En el tuit, donde dice «A por la 4ta!», se pide elegir una de cuatro opciones, en este orden: PP, Ciudadanos, Vox y Psoe/Unidas Podemos, así juntas ambas formaciones de izquierdas. Como tantas cosas en esta red social, esta encuesta 'fake' está hecha a medida y da ganador a Vox, cuyos seguidores, la mayoría anónimos, llenan los comentarios. Sin embargo, a pesar de la supuesta afluencia, menos del 5% se ha hecho eco ya sea con retuits o con corazones. Sobre encuestas algo se huele Unidas Podemos, cuyos seguidores llaman a la «remontada» en la tarde, una vez que hayan votado los que van en «manada», ante lo que una usuaria pregunta: «¿Y no será en 'mamada'?».
Personas con discapacidad auditiva han formado parte de las mesas electorales en Galicia. Una de ellas, Yolanda López, de 44 años y sorda de nacimiento, preside una de ellas en La Coruña. Como ella, otros seis miembros pidieron un intérprete.
César Puente preside una mesa electoral en Alicante. Él mismo buscó la manera de cumplir con el deber que le imponía la Junta Electoral y buscó a una persona de confianza para que le leyera el DNI de cada votante. Puente es invidente, tiene 63 años y acudió con su perro guía, que se llama Vilca. Agradeció la sensibilidad de las autoridades destacadas en Alicante, pues su amiga, Verónica González, se convirtió oficialmente en la cuarta integrante de la mesa.
No iba ebrio de felicidad el primer suplente de una mesa de la Casa de la Cultura de la comarca del Caudal de Mieres, al que le tocó suplir a uno de los vocales. La tasa de alcohol en sangre seguramente le hubiera costado varios puntos del carné, si hubiera algún tipo de sanción por asistir a una mesa sin estar en condiciones de conducir. Porque esta persona no podía ni escribir, dijo el presidente de la mesa, que lo envió al ambulatorio a pedir un justificante que le ahorrarse la multa.
Los cinco candidatos han ido con una indumentaria ya habitual en sus presentaciones públicas, con algún guiño a sus siglas políticas. Sánchez con una americana azul marino, pero con un jersey rojo debajo. Casado, con el traje de color oscuro y camisa blanca. Al llegar al centro, se quitó el abrigo. Hubo cierto contratiempo ante las urnas mientras buscaba la billetera para sacar el DNI, que estaba en algún bolsillo del abrigo que le llevaba una asistente. Iglesias llevaba un sobretodo muy parecido (quizás el mismo, para llamar a la suerte) a aquél que portaba en la foto que coló en la papeleta de las elecciones de las europeas que le allanó la arena nacional. Abascal con el traje y la camisa desabrochada hasta el lugar clave para mostrar algo de pecho a pesar del frío, como viene siendo costumbre. La sorpresa, y ahí está la anécdota, la dio Albert Rivera, que apareció vestido con un inusual sobretodo vintage, de gruesa solapa de mafioso neoyorkino de los setenta, y un jersey cuello de tortuga. Atrás dejó el traje y la corbata.
Los grafiteros hacen campaña con nocturnidad y en minoría. En un colegio electoral de Valencia apareció una pintada en la fachada del Juan Comenius que decía: «Las calles serán siempre nuestras» (en valenciano). Se borraron. En Madrid, cinco colegios aparecieron con grafitis que llamaban «nazis» a los electores de Vox. Se limpiaron. En Logroño, en la estación de tren se pedía «libertad» para los «presos políticos» y también en Valencia se acusaba a Compromís, en su propia sede, de «vende obreros» y «escoria», similares a unas anteriores que habían sido rayadas en las del PP y Psoe. Las erratas eran las mismas, aunque tuviera otra firma.
Aunque la mesa con los miembros más jóvenes está en Soto del Real, en Madrid, con un presidente de 19 años y dos vocales de 18, donde aparecieron los fans de las nuevas sagas de Star Wars fue en Sevilla. Eran cinco no tan jóvenes, pero bien maquillados, que se repartieron los roles de buenos y malos. El guardián del 'canciller supremo' tuvo que quitarse la máscara roja para ejercer su derecho a voto, pero los demás pudieron dejarse las pelucas. Ir disfrazado está permitido, siempre que la cara coincida con la del DNI.
La nota luctuosa se dio en Granada, cuando una mujer de más de 80 años, que se preparaba para votar en Granada, falleció dentro del centro de votación. Ocurrió a las 10:30 en Vélez de Benaudalia. Primero sufrió un desmayo y la trasladaron a una habitación, donde fue atendida por los paramédicos. Sin embargo, no pudieron salvarla. La jornada continuó en el Madrigal y Padial.
La Junta Electoral notificó también la muerte de otro votante en Gipuzkoa, por muerte natural. «Después pasar o justo en el momento del voto», certificaron las autoridades. El hombre tenía 77 años y tuvo un infarto a mediodía. Mientras lo atendían, se cerró este centro electoral de la comarca del Alto Urola. Al parecer, ninguno de los dos pudo depositar sus papeletas.
En la tarde sucedió una tercera muerte. Una mujer fue atropellada frente a su colegio electoral por el conductor de un vehículo todoterreno en Aller (Levinco, Asturias). La mujer fue auxiliada por las personas que estaban en el lugar, pero la contusión en la cabeza resultó letal.
Cuando se dan los primeros datos de participación se juega un partido de fútbol entre Athletic y Levante. En San Mamés, el portero de uno de los equipos, Aitor Fernández, había sido designado suplente de una mesa de Arrasate-Mondragón (Gipuzkoa), pero apenas unas horas antes de tener que acudir a su centro, la Junta Electoral le liberó de tal responsabilidad. A los veinte minutos de juego, la participación había caído un 3,5% y el partido iba cero a cero.
Un desprendimiento de rocas en la única carretera ha cortado el paso a la aldea San Esteban de Cuñaba, en los Picos de Europa, y ha dejado a sus siete habitantes aislados. La Guardia Civil realiza un operativo para abrir las vías. No obstante, este domingo hay unas 20 personas e el pueblo y las autoridades han puesto en marcha un dispositivo para salvar los obstáculos hasta los centros electorales.
La normalidad es la gran anécdota de la jornada. Quizás por costumbre pasa desapercibida. El 100% de las mesas electorales estaban constituidas antes de las 10:30 h. De las 59.555 mesas sólo tres tuvieron un retraso importante, que se compensará prorrogando su funcionamiento media hora, hasta la 20:30. Una, en Baleares, cuando el segundo vocal se retiró de repente por enfermedad y dos en Andalucía. En Burgos y Soria un leve retraso en algunas mesas se debió al mal tiempo. Nada reseñable, lo que es una gran noticia. Como dicen: 'no news, good news'.
Si en las elecciones de abril se hizo historia al permitir, al fin, el voto a personas con discapacidad intelectual, éstas de diciembre avanzan hacia el pleno reconocimiento de sus derechos electorales. En Madrid y en Coruña, dos personas con discapacidad intelectual serán vocales de sus mesas. La primera como titular y la segunda como suplente. Esa rapidez en la normalización de un colectivo que hasta hace diez meses estaba privado de uno de sus derechos fundamentales podría ser uno de los beneficios de celebrar presidenciales dos veces al año.
Un nombre se ha repetido en esta jornada en la que debe imponerse un silencio respetuoso para que los ciudadanos reflexionen alejados del fragor publicitario. Ese nombre, Cataluña, ha sido lanzado a los micrófonos con cálculo por varios de los actores políticos que centraron su discurso de los últimos días en la reacción de los independentistas ante la sentencia del 'procés'. Cataluña, dijeron Casado, Álvarez de Toledo, Arrimadas... Un dardo de campaña soterrada que podría resultar bumerán.
La presidenta de la mesa electoral donde votó Quim Torra, en el barrio de Gracia de Barcelona, llevaba un jersey amarillo, de un tono apagado parecido al que usa Laura Borrás. Se llama Helena Torra y es hija del presidente de la Generalitat. Ella no se levantó para darle la mano a su padre cuando él dejó caer sus sobres en las urnas. Pero sus sonrisas delataban que estaban encantados con la casualidad.
Ya hay récord en estas elecciones. En 32 segundos ha votado todo un municipio de La Rioja. Desde hace tres elecciones, en Villarroya son los primeros. Abrieron las mesas a las 9:00 y a las 9:02 ya habían cerrado. Son ocho vecinos muy organizados.
Antes de que llegara Pablo Casado a su mesa de votación en el colegio Nuestra Señora del Pilar, algunas monjas de hábito depositaron su voto en las mesas adyacentes. Iban en pareja, de negro y con paso lento. Sonreían y se sabían en el foco de las cámaras que esperaban al candidato del PP. Una señora de cierta edad conversaba con una apoderada del PP. «¡Anda que no he rezado yo!», le decía, como si recordara el refrán 'A Dios rogando'. «Tengo esperanza, aunque las encuestas... pero a mí no me importa que otros vengan a votar». La otra que miraba a la puerta por donde traspasaría su líder, y le respondía: «libertad, libertad».
A pesar de la existencia del voto por correo, una monja destacada en Haití no había ejercido su derecho en 44 años. Ahora, de regreso a España, Martina Romero ha decidido acudir a las urnas y romper esa abstención que justifica por haber vivido en otro mundo.
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