Óscar B. De otalora
Domingo, 20 de diciembre 2015, 23:33
La suma de los partidos nacionalistas en el Congreso sufre un importante retroceso en estas elecciones, al pasar de 34 representantes en 2011 a los 24 que ha ofrecido como resultado la noche electoral. La culpa de este descenso la tienen factores como la desaparición del BNG, que pierde los dos diputados que tenía o el importante desgaste de la izquierda abertzale, que de 7 escaños pasa a 2. Por su parte, Convergencia, que ahora se presenta como Democracia y Libertad, se lleva un gran varapalo y pasa de 16 electos a 8. Tan sólo suben ERC, que de 3 congresistas que consiguió en 2011 pasa a 9, y el PNV, que de 5 pasa a 6. Los navarros de Geroa Bai, que tuvieron un escaño en 2011, también desaparecen.
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La perdida de cuatro representantes en las formaciones nacionalistas está relacionado sin duda por un trasvase de votos a Podemos, que ha mantenido una calculada ambigüedad sobre el independentismo en todo España durante su campaña. Su discurso, en este sentido, ha estado lleno de referencias al apoyo al derecho a decidir pero sin mostrarse partidarios de la independencia. En cualquier caso, la representación nacionalista en las Cortes está también fragmentada entre quienes han hecho una apuesta sin matices por el secesionismo y ya han iniciado la «desconexión» con España, como ERC o DyL (la CUP decidió no presentarse a estos comicios por no considerarlos necesarios para la secesión catalana) y la vía moderada que representa el PNV.
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