Sánchez arremete contra «las otras izquierdas» y el PP «de la corrupción»

Los socialistas valencianos rara vez defraudan. Les cuesta ganar elecciones, pero siempre han sido únicos a la hora de movilizar a sus militantes para grandes mítines festivos y hoy no ha sido una excepción. Pedro Sánchez se ha dado en el pabellón de La Fonteta su primer baño de masas en una campaña que viene siendo algo mustia: 8.000 mil personas. Una cifra suficiente como para no arrugarse frente a las exhibiciones de fuerza de Ciudadanos y Podemos en el Palacio de Vistalegre y La Caja Mágica de Madrid.

En el comité de campaña sostienen que de cara a estas elecciones se ha optado por actos más pequeños de lo habitual, y por más televisión, porque "tiene menos importancia el aforo que acertar con el lugar". Pero a nadie se le escapa que la imagen de los dos partidos jóvenes enardeciendo a más de 10.000 personas cada uno, en foros que el PSOE no se atrevería a utilizar por temor a un brutal pinchazo -los años en los que Zapatero triunfaba Vistalegre han quedado muy atrás- puede tener un impacto en la moral de la formación.

Eso explica la original decisión de retransmitir a todos los lugares donde el PSOE celebraba hoy mítines y a las 'casas del pueblo' del partido en toda España la intervención de Sánchez en un ambiente enormemente festivo, como corresponde a la siempre colorista Valencia. En el principal partido de la oposición aseguran que han podido llegar a unas 35.000 personas, una cifra que se antoja optimista a tenor del tamaño de los actos convocados para la jornada.

En el tono más emotivo del que es capaz (que no es mucho), el candidato a la presidencia del Gobierno ha agradecido a todo su partido "el trabajo y el esfuerzo" que están haciendo y ha apelado una vez más al orgullo frente a un Podemos sin trayectoria. "Aquí, donde gobernamos, en la Generalitat valenciana y en muchos ayuntamientos con grandes alcaldes y alcaldesas, mientras las otras izquierdas a lo único a lo que se dedican es a quitar el busto del Rey Juan Carlos del pleno de los ayuntamientos, nosotros nos dedicamos a abrir comedores escolares, impulsar becas de material escolar, apostar por la igualdad y el bienestar de los españoles", ha reivindicado.

Quizá no era el mejor escenario para cargar contra lo que hacen esas "otras izquierdas" porque si el socialista Ximo Puig es presidente autonómico es gracias a su coalición de gobierno con Compromís y al apoyo externo de Podemos, dos fuerzas que ahora concurren en coalición a las generales. Pero la amenaza de Pablo Iglesias es demasiado seria y Sánchez no está dispuesto a darle tregua.

El líder del PSOE ha arremetido también, aún así, contra el PP "de la corrupción" y contra un Albert Rivera al que día a día sitúa más a la derecha para insistir en su mensaje habitual: que no votarle a él es "regalar cuatro años más de gobierno a Mariano Rajoy", con el que, por cierto, debatirá mañana en el único cara a cara en el que participará el jefe del Ejecutivo