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Andrés Suárez
Jueves, 14 de junio 2018, 16:39
Fuera de la tensión de la primera línea de la política, a José Luis Rodríguez Zapatero se le ve relajado, bromista. «Aquí estoy, con mi talante y mi herencia, y estoy contento», comenzó diciendo entre las carcajadas del público. «Contento porque he visto a Rajoy acudir a la boda gay de un dirigente del PP vasco, viendo cómo la derecha llega tarde a casi todo, pero me alegro de que llegue», remachó, entre un coro de aplausos.
El expresidente compareció en Gijón para aparcar las rencillas con Sánchez, arroparle en su carrera hacia la Moncloa y dar fuelle a su partido con un discurso tremendamente crítico con quienes pretenden erigirse en alternativas al PSOE, Ciudadanos y Podemos. A ambas formaciones atacó con dureza, sobre todo a la primera.
Al partido de Albert Rivera le reprochó sus propuestas de reforma de la legislación sobre violencia de género. «O no saben, o tienen una mentalidad machista», espetó. Y al hilo de sus planteamientos económicos, como el contrato único, ironizó con que la formación naranja está rescatando ahora «el programa que el Partido Popular guardó en el cajón en 2004».
También hubo 'recuerdos' para Pablo Iglesias. «Que no pierda el tiempo», razonó Zapatero, «aquí la denominación de origen del socialismo la tiene el PSOE». Y frente a quienes defienden la necesidad de una nueva política, reivindicó el legado de su partido. «¿La sanidad y la educación pública son nuevas o antiguas? ¿O las pensiones? Son del PSOE», zanjó.
Sobre el PP y Rajoy, poco que decir. «De lo que más sabe es de fútbol. Pues que se dedique a eso, porque aquí hacen falta personas con proyecto y ambición», afirmó entre risas.
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