La participación a nivel nacional refleja la «tensión electoral» y la activación de los bloques

Con ella coincide el politólogo Pablo Simón, quien subraya que el incremento de en torno a un punto y medio en los comicios locales con respecto a la cita precedente -unas 600.000 papeletas más- entra «en los márgenes de lo previsible», con la evidencia, también, de que más electores están ejerciendo su derecho a voto en aquellas autonomías con una fuerte competencia electoral. Las liza que sobresale a menos de dos horas de que cierren los colegios electorales es la de Comunidad Valenciana, donde la afluencia a los centros de votación se dispara más de seis puntos con las izquierdas y las derechas pugnando hasta el último sufragio. La Rioja, el otro territorio en el que los votantes habían despegado cinco puntos a las 14.00 horas, continúa registrando un aumento apreciable de más del 3%. Pero todas las comunidades cuantifican, de forma más o menos acusada, esa mayor movilización salvo el País Vasco y Cataluña, donde no se celebran autonómicas y donde, en el caso catalán, los expertos apuntan a una posible contracción del independentismo.

El hecho de que el porcentaje de quienes se han acercado a los colegios electorales continúe al alza cuando se aproxima su cierre viene a despejar una de las incógnitas del día: cuánto iba a influir el tiempo lluvioso en buena parte del país y si los pronósticos que apuntaban a aguaceros esta tarde habían empujado a muchos ciudadanos a ejercer su derecho a horas tempranas para guarecerse por la tarde; una tarde con distracciones añadidas como la liga de fútbol, la retransmisión del gran premio de Fórmula 1 o incluso los toros en Madrid. El dato de las 18.00 horas confirma que el electorado ha respondido activado a la llamada de las urnas aunque con un "patrón de estabilización".

Para Simón, el hecho de que este 28-M se haya presentado en sus prolegómenos como muy reñido hace que la ciudadanía «sienta que su voto pesa más, que puede ser más decisivo». «La gente tiene ganas de votar, hay tensión electoral en España. Y no hay hundimiento en la movilización ni en la izquierda ni en la derecha», asevera la analista de GAD3, quien recuerda las «muchas cosas» que han sacudido la vida cotidiana de los electores -una pandemia, una guerra, una crisis de precios..- desde la última vez, las generales del 10 de noviembre de 2019, en que acudieron a las urnas en el conjunto del país.

Lo que ninguno de los dos arriesgaba con la primera toma de la participación es un pronóstico sobre si su repunte allí donde el poder autonómico se prevé altamente disputado favorece a quien ambiciona un vuelco en los resultados; en este caso, el PP frente al socialismo de Pedro Sánchez. Simón repasa la ecuación -lugares más competidos activan a los votantes y eso suele responder a las pulsiones de cambio-, pero sin extraer de ella una apuesta hasta que no cierren los colegios. Y añade al análisis el dato de Madrid, donde la participación también ha crecido aunque todos los sondeos apuntan a una victoria nítida de Isabel Díaz Ayuso. ¿Puede tratarse de un arreón en beneficio de lo que ansía la presidenta, la mayoría absoluta? Puede, pero solo es una hipótesis. Martín Revuelta se suma a aquello de que «la mayor participación favorece los cambios» sin comprometer, tampoco, una valoración más allá.