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ÓSCAR PANDIELLO
Viernes, 17 de mayo 2019, 03:18
A través de su experiencia en la política municipal, Ángela Vallina se ha hecho hueco en los últimos años como una de las figuras con más presencia de IU en el Principado. Su nombre irrumpió en el Ayuntamiento de Castrillón en 1999, cuando llegó a las listas de la coalición como número dos de Manuel González Orviz. Su vida, desde ese momento, estaría ligada a la política municipal y, curiosamente, también a la europea. Dos esferas a priori totalmente alejadas pero que, sin embargo, ha podido explorar estos últimos cinco años a través de su último cargo como eurodiputada.
Nacida en El Truébano (Castrillón) en julio de 1959, sus primeros años de vida los pasó ligada a sus padres y a su hermano mayor. El hogar familiar, en el que sigue viviendo actualmente, sufriría un serio contratiempo cuando Vallina cumplió seis años. Su madre falleció apenas superada la treintena y la ahora candidata de Izquierda Unida pasó a estudiar en régimen de internado en el colegio Paula Frassinetti, de Avilés.
Interesada por la política desde edad temprana, Vallina comenzó a definirse como comunista y republicana en la adolescencia. Militante de las Juventudes Comunistas cuando la formación todavía era ilegal, pasó poco después a engrosar las filas del Partido Comunista. Madre de tres hijos, laboralmente se dedicó a regentar un negocio de regalos y decoración, para después centrarse en una empresa de transporte de su ámbito familiar.
En 2003, cuatro años después de su entrada en el Ayuntamiento, se postuló como candidata de la coalición a la Alcaldía. Se acabaría convirtiendo en la primera mujer regidora de Castrillón y, también, la primera alcaldesa de IU, al ser la fuerza más votada de la izquierda. Una moción de censura, sin embargo, la apartaría del cargo hasta 2007, momento en el que encadenaría dos mandados consecutivos. Siete años en los que consiguió sacar adelante varios proyectos de infraestructuras y en los que acabó dejando a IU como fuerza más votada del concejo.
En 2014, asimismo, se abrió una puerta que, quizás, no habría estado entre sus planes once años antes, cuando optó a ser alcaldesa. Así, fue incluida como número 6 de la lista de Izquierda Plural para las elecciones europeas. Después de los dos escaños conseguidos en los anteriores comicios, resultaba poco probable que su nombre figurase entre los representantes de la coalición en la legislatura de la Eurocámara. Sin embargo, un excelente resultado, con casi el triple de votos que cinco años antes, elevó el número de representantes de dos a seis. Vallina se había convertido en parlamentaria europea.
En el seno de Izquierda Unida, su postura ha sido contraria a las tesis de la coordinación federal, defendiendo la independencia respecto a Podemos en el ámbito regional. Según sostuvo durante los últimos meses, su proyecto, que venció en las primarias internas para liderar la lista autonómica a los de Ramón Argüelles y Carmen Conde, es el de la IU «de siempre».
Más allá de la política, Vallina es una apasionada de la historia, la literatura y la música. La candidata se confiesa amante de la novela negra y, en general, de cualquier obra de calidad. No en vano, sus dos títulos favoritos son 'Cien años de soledad' y 'La vieja sirena'. En el ámbito de la música tiene predilección por rock de la década de los 70 como el de Dire Straits o Creedence Clearwater Revival.
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