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A. SUÁREZ
OVIEDO.
Jueves, 30 de mayo 2019, 02:20
Trasluce un punto de amargura el análisis que la dirección de Podemos en Asturias realiza del resultado del 26-M. Un desánimo que tiene que ver con el recuento en sí, desde luego, con el hecho de caer desde los nueve escaños con que se ... contó la pasada legislatura a únicamente cuatro, pero también con la sensación de orfandad con que se navegó durante una campaña en la que la presencia de dirigentes nacionales de la formación morada en el Principado fue irrelevante. El secretario general, Daniel Ripa, verbalizó ayer ese malestar y, aunque lo hizo de forma contenida, se entendió el fondo de su mensaje. Hubiera sido deseable una participación «más activa» del conjunto de la organización en las vísperas de los comicios, pero en el ámbito estatal «no se entendió» la importancia de este proceso autonómico y por tanto no hubo la «implicación» máxima que debería haber existido por parte de la dirección de Madrid, reflexionó Ripa en un mensaje que se viene rumiando en clave interna desde hace días y que sonó a reproche a Pablo Iglesias y los suyos.
Ripa fue prudente en sus comentarios, pero el descontento en el seno de la organización asturiana de Podemos con la participación estatal en la campaña es notable. Dirigentes del partido indican que mientras el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se volcó con la campaña de Adrián Barbón y, además de sus propias visitas, desplazó al Principado a ministros y altos cargos socialistas, en el caso de Podemos el máximo dirigente nacional, Pablo Iglesias, no pisó suelo asturiano. La comparación hace daño en unas filas moradas que admiten la imposibilidad de combatir en clave estrictamente asturiana el impulso con el que el PSOE llegó a la campaña autonómica después del buen resultado de las generales de abril.
En el seno de Podemos no se rehuye el debate interno y una autocrítica que en todo caso se posterga a una reunión del máximo órgano de dirección prevista para el sábado, pero se achaca el grueso del mal resultado a la influencia del clima político nacional. A la «inercia de las generales» y al hecho de que la victoria de Sánchez el 28-A situara a los candidatos autonómicos del PSOE en una posición de privilegio a la hora de afrontar la campaña autonómica. «Sin ser los resultados que esperábamos, los asturianos son los mejores de todas las comunidades», apostilló Ripa para tratar de defender el honor y el trabajo propios.
¿Y ahora qué? Como ya informó ayer este periódico y a la expectativa de esa reunión de los órganos de dirección, Podemos se inclina por no reclamar su presencia en un posible ejecutivo de coalición con el PSOE y por la estrategia de apoyos puntuales a los socialistas en el Parlamento siempre que estos se avengan a impulsar «políticas de cambio». «Tenemos fuerza» en la Junta, anotó Ripa. Los morados, con todo, saben que ahora Barbón tiene más margen de maniobra del que tuvo Javier Fernández y que, si la vía de la izquierda se ciega, hay más opciones, caso de la de Ciudadanos.
Los dirigentes de Podemos -Ripa compareció junto a Nuria Rodríguez, Jara Cosculluela y Andrés Fernández Vilanova- previnieron a Barbón de una posible tentación de tratar de sacar adelante la legislatura con el partido naranja y de lo «irresponsable» que sería «tragar» con las exigencia de Ciudadanos de un desmarque del PSOE asturiano de una parte del ideario 'sanchista'. Los morados, eso sí, dejaron claro que la cuestión autonómica es una cosa y la municipal otra -con el futuro de Oviedo de por medio- y que no habrá «cambios de sillas o cromos».
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