Moriyón renuncia a su escaño en la Junta General y pone fin a una etapa en Foro

En la sede regional de Foro se respiraba ayer una sensación que combinaba la decepción con la resignación. En las filas de la organización se era consciente de lo adverso del escenario electoral aunque se confiaba en que el tirón de Moriyón, su aval como gestora municipal, contribuyese al menos a salvar los muebles. Pero el dictamen de las urnas fue severo. No tanto por la pérdida en sí de un diputado, que también, como por el hecho de que pasar de tres escaños a dos impide formar grupo propio en la Junta y obliga a integrarse en el espacio difuso y muchas veces invisible del grupo mixto. Algo difícil de gestionar para un partido que hace solo unos pocos años saboreó las mieles de la gloria en la Presidencia del Principado y que luego ejerció el liderazgo de la oposición en el Parlamento.

Visiblemente seria, en una comparecencia en la que no permitió preguntas, que derivó al secretario general, Adrián Pumares, Moriyón puso voz a esa mezcla de sensaciones. «Los resultados se han alejado mucho de los objetivos previstos y como cabeza de la candidatura, asumo la responsabilidad política de la derrota. En consecuencia, renuncio al acta de diputada», dijo Moriyón nada más situarse frente a los micrófonos. «Cuando se obtiene una derrota en política, se dimite. Es lo que procede hacer, aunque no sea la práctica habitual», añadió, antes de hacer una primera parada para coger aire. Pero quedaba ya poco más que añadir.

La comparecencia tuvo su punto de simbolismo. Moriyón compareció junto a algunos de los más fieles de su equipo de trabajo y con el secretario general, Adrián Pumares, de pie a unos pasos. En la sala no estaba, sin embargo, el vicepresidente e impulsor de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, que previamente sí había acudido a la reunión de la comisión directiva en que se oficializaron los cambios.

La renuncia de Moriyón abre un escenario de incertidumbre. En la Junta, donde Pumares y Pedro Leal, que asumirá el escaño que queda vacante, ejercerán como diputados, pero sobre todo en el partido. Porque aunque Moriyón dijo creer en el proyecto y garantizó que «propiciaremos los cambios necesarios para adaptarnos al nuevo escenario político y a lo que la sociedad asturiana demanda», y aunque el secretario general negó la futura convocatoria de un congreso extraordinario en el que plantear una renovación del liderazgo, entre muchos dirigentes foristas queda la duda de si la continuidad de Moriyón es definitiva o solo una solución temporal para ganar tiempo antes de oficializar una salida total de la política.

Pero eso es cosa del futuro. Moriyón retorna ahora a su puesto en Cirugía General del Hospital de Cabueñes, satisfecha de su balance como alcaldesa y del papel que Foro ha jugado y, a su juicio, debe seguir jugando: «El único partido regionalista, con un proyecto y una ideología propia más allá de personalismos: Asturias en el centro y centrados en Asturias».