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ANA MORIYÓN
GIJÓN.
Martes, 21 de mayo 2019, 05:56
La lucha por el liderazgo de la derecha y los posibles pactos para articular una Junta General cada vez más fragmentada marcaron el tenso debate de candidatos a la Presidencia del Principado emitido anoche en la RTPA. Las propuestas de cada uno de ... los siete aspirantes que participaron en el programa especial con motivo de las elecciones de este domingo quedaron diluidas en el tira y afloja protagonizado por la derecha en una clara lucha por el voto de este espectro ideológico. Es cierto que, como cabía esperar, los partidos aprovecharon este escenario para reprochar la gestión del PSOE, como partido que ostenta el Gobierno y que, además, parte como favorito en todas las encuestas. Sin embargo, fue el candidato de Ciudadanos, Juan Vázquez, quien se convirtió en la diana de todos los dardos. Especialmente los de PP y Vox, quienes hicieron durante sus intervenciones continuas referencias a su vinculación con el Ejecutivo de Javier Fernández, para el que colaboró como asesor económico, con el objeto de relacionar al candidato de la formación naranja con el PSOE, pero también de menospreciar su labor como experto en materia económica. «No hace falta que nos explique su política económica porque fue presidente del comité de sabios de Fernández y ya la conocemos», le atacó Ignacio Blanco, candidato de Vox, quien le definió como el «socio preferido» del PSOE. También Teresa Mallada, líder del PP, incidió en esta cuestión llegando a responsabilizar a Vázquez de la falta de previsión del Ejecutivo socialista en materia demográfica.
El líder socialista, Adrián Barbón, consciente de su cómoda situación, se mantuvo en segundo plano en un debate que el mismo calificó de «primarias de la derecha», mientras Vázquez trataba de defenderse. «Quizá hoy estoy aquí porque las cosas que yo he propuesto y he escrito no se han podido o no se han querido hacer», respondió. No obstante, lejos de callar las voces de quienes dan por seguro su apoyo al PSOE, Vázquez lo alimentó. El exrector de la Universidad de Oviedo retó al también secretario general de la Federación Socialista de Asturias a aclarar su disposición para pactar con la formación naranja. «¿O va a hacer usted lo mismo que Pedro Sánchez y mantener el 'con Vázquez, no'?», le cuestionó.
Barbón evitó contestarle y eludió cualquier debate al respecto, pero el resto de las fuerzas aprovecharon para continuar con los chascarrillos en relación a esta cuestión durante las más de dos horas que duró el programa televisivo. Fue sin duda Blanco el que más estiró el chicle, refiriéndose a Vázquez como el candidato del «PSOE moderado» y a Barbón como el del «PSOE radical». Incluso Lorena Gil, de Podemos -queda por saber si de forma intencionada o no- llegó a referirse a Vázquez como «señor Fernández». «No sé si les funciona lo de las cuatro derechas, pero en este debate ya se ve que es un tópico. Ya ven cómo se han dirigido a mí las otras tres. Debe ser porque soy el claro candidato del centro», quiso zanjar Vázquez.
Barbón también recibió lo suyo. En general, por la gestión del Gobierno socialista durante los últimos años y, en particular, por haber esperado hasta la jornada de ayer para hacer público su programa electoral. Suficiente, eso sí, para que Gil le recriminara la falta de concreción en el texto con respecto a su propuesta para la oficialidad del asturiano, ya que para el partido morado es insuficiente que el PSOE se comprometa únicamente a «abordar el debate» sobre la reforma del Estatuto y el reconocimiento oficial de la lengua asturiana.
Fue sin duda una de las cuestiones más polémicas y, ni siquiera aquí, Barbón se metió en el barro. De hecho, pese a la insistencia del resto de los partidos a que aclarase su postura, optó por utilizar el grueso de su tiempo reservado para el bloque de la cultura para abordar otras cuestiones y solo al final del mismo recordó que su postura sobre la oficialidad es la «definida en el Congreso del partido». Mallada le acusó de ser poco claro porque, según ella, la oficialidad «no la quieren ni en su propio partido» pero, por otra parte, sabe que «Podemos se la va a imponer para llegar a un acuerdo».
Barbón, que apenas respondió a ninguna provocación, sí lo hizo aquí. «Entiendo que no sepan cómo funciona un congreso porque usted es candidata por el dedazo de Casado», soltó el socialista, que enseguida recibió la respuesta. «Como usted, que Pedro Sánchez le señaló como candidato antes de celebrarse las primarias».
El socialista, sin embargo, presumió de la «influencia» que su partido tiene en el Gobierno de Pedro Sánchez y su capacidad para que la agenda asturiana esté muy presente en Madrid. Una tesis que el resto de las formaciones trataron de echar por tierra con argumentos de todo tipo, el más repetido el de la propuesta de descarbonización exprés «de la ministra asesina», dijo Blanco en alusión a la titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera. «Veo que desfilan todo tipo de ministros por aquí, parece que estamos en las elecciones para el delegado de Gobierno y no para el del Presidente del Principado», ironizó Vázquez, instando a Barbón a mantener «la autonomía» y defender los intereses de la región frente a los del partido.
Fue en el bloque reservado para las iniciativas relacionadas con el medio rural cuando volvieron a saltar las chispas. Barbón presumió de sus orígenes rurales y, además, de haber recorrido unas cuantas veces toda la geografía asturiana desde que fuera elegido secretario general de la FSA. Algo que no le gustó a Mallada: «Lecciones de medio rural las justas, que yo soy de Cabañaquinta y tengo ganado en mi casa», le replicó, para afearle también su continua amenaza a la «involución» con la llegada de la derecha. «No amenace tanto con que viene el lobo, que de lobos y jabalíes estamos bien servidos», apostilló.
Sin embargo, el azote socialista fue Ignacio Blanco, que comenzó su primera intervención mostrando un folio en blanco como currículum de Adrián Barbón fuera de la política e ironizó sobre la política de reindustrialización del PSOE en manos de José Ángel Fernández Villa, «que se hizo rico vendiendo pinchos en Tuilla». «Si cierro los ojos cuando escucho a Lorena Gil escucho argumentos similares a los del señor Blanco, y eso me preocupa», observó Barbón.
Mucho más comedidas en su discurso se mantuvieron Ángela Vallina, candidata de IU y Carmen Moriyón, de Foro. La primera se quejó de que en campaña todos los partidos prometen mejorar los servicios públicos, «pero luego la derecha los privatiza», mientras que Moriyón defendió la reforma fiscal y negó que bajar los impuestos fuera una «catástrofe» porque, dijo, su gestión en Gijón ha demostrado todo lo contrario.
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