Lo que dice la firma de los candidatos

Esa es una de las conclusiones a las que llega este experto tras analizar la letra y la rúbrica del aspirante socialista a la Presidencia del Principado, que, como sus contrincantes en la carrera electoral, dice muchas cosas negro sobre blanco. Porque, según sostienen los grafólogos, la escritura es una especie de espejo del alma. Una expresión de ingenua conducta en la que no cabe la mentira y en la que muchos rasgos de nuestra personalidad pueden advertirse en el tipo cohesión de las letras, el tamaño, la inclinación, los márgenes o la presión que ejercemos sobre el papel.

Aspectos tan reveladores como que Barbón es, ante todo, «un gran seductor», algo que se aprecia «en el primer trazo de su firma, amplio, curvilíneo, que nos habla de una persona con tendencia envolver, a seducir, a conquistar con suavidad, aunque en su letra hay también signos muy claros de una actitud combativa, enérgica, resiliente, dinámica». Un contrapunto que hace del político lavianés un hombre «amable, afectivo, social, empático, pero también con un temperamento fuerte, disciplinado, peleón».

Y otro detalle más. Fíjense detenidamente en «la distancia que hay entre la primera unidad de trazado de su firma y la segunda, un tanto excesiva». Una separación que, según Manuel Moreno, «se asociaría a una distancia entre su intimidad y el rol social que representa». A «una tendencia a proteger activamente su ámbito personal, el más privado».

Justo lo contrario que su rival por el PP, Diego Canga, en cuyos manuscritos el grafólogo observa «la escritura de una persona que, probablemente, se va a mostrar de manera muy similar en el ámbito público y en el privado. No hay doblez. Nos habla también de un talante franco, honesto, sincero».

Eso sí: no esperen que Canga innove ni improvise, porque es de los que necesita tenerlo todo atado y bien atado.

«Hay en él una gran necesidad de control sobre su conducta, sus expresiones, su entorno. Puede entenderse como un modo gestual defensivo, extremadamente conservador frente a lo nuevo, a lo que está por venir. Y también constituye una cierta rigidez en el ámbito emocional. Hay una emotividad intensa pero muy controlada. Podríamos decir que incluso reprimida».

Así que al popular «le gusta tener las cosas preparadas, calculadas, anticipar resultados». Algo que «se ve claramente en la letra 'D', que hace un recorrido inicial antes de servir para colocar sobre ella el resto de la firma. Es lo que se llama una rúbrica de anticipación, característica de quien tiene también un sentido de continuidad histórica con respecto a la tradición, al linaje en todos los aspectos: familiar, profesional, etcétera».

En la firma de Manuel Iñarra, en cambio, sí aprecia el perito calígrafo una clara dicotomía, empezando porque «el nombre (más asociado al ámbito familiar) y el apellido (relacionado con el profesional, social) están en distintos niveles», uno sobre otro. Y esa curiosa característica de la rúbrica del candidato de Ciudadanos desvela que con los suyos «seguramente se va a mostrar más abierto, afable, permeable y accesible» que cuando sale al mundo, momento en el que se mostrará «más hermético y artificioso».

Pero, en líneas generales, el de la formación naranja resuelve las situaciones adversas con recursos imaginativos: «El amplio bucle en la letra 'l' es característico de personas que gozan de una gran imaginación. Suelen ser personas creativas, que tienen ocurrencias eficaces».

Algo muy parecido a lo que le ocurre a la candidata de Podemos, Covadonga Tomé, cuya firma delata «un pensamiento muy fluido y una inteligencia importante», además de «dotes de mediadora». Pero ojo, porque la pediatra es dueña de una «firma envolvente característica de aquellas personas que se sienten especialmente movidas a estar en entornos de relación protegidos, donde se sienten seguras. Va a buscar estar siempre rodeada de personas de confianza».

También el aspirante de Convocatoria por Asturias, Ovidio Zapico, deja impresa una rúbrica «bastante original» envuelta por un trazo curvilíneo.

En conjunto, estamos -según Moreno- ante «un sujeto que tiende a ser muy precavido con los demás. Podría haber en él un cierto componente de desconfianza. Pero, una vez que alguien se lo gana, su disposición cambia completamente y la persona es aceptada en su totalidad».

«El conjunto lo que nos muestra es a una persona original, creativa, ocurrente, también con muchos recursos imaginativos. Probablemente, con mucho sentido de las sutilezas. En esta personalidad, se conjugan aspectos complementarios. Por un lado, hay una evidente autoestima y, por otro, es reservado, podría ser incluso un tanto desconfiado, astuto, perspicaz... y con un intelecto dinámico».

Y el dinamismo es también lo que define a Adrián Pumares, candidato de Foro y dueño de una firma «ilegible, rápida, con un movimiento intenso. La ilegibilidad apunta a que el firmante no muestra lo que realmente piensa o siente. Responde a una orientación tipológica introvertida o, al menos, reservada». Aunque, la única letra legilble, la 'A' inicial, «muestra también a una persona de acción, muy enérgica, muy tendente a involucrarse en proyectos. Le van los retos. Hay mucha energía disponible o encauzada hacia esas tareas. Una voluntad de logro. Un carácter incluso arrolladoramente dinámico. Mucha fuerza y mucha emotividad, afincada en un temperamento que a veces puede tender a explosiones de carácter».

La antítesis de la aspirante de Vox, Carolina López, en la que «el dinamismo de la escritura es más bien moderado, tirando a lento. Sosegado, pensado, controlado». Una de esas personas que «conceden mucha importancia a la amistad, a la relación cercana. También tienden a facilitar el encuentro con los demás, a hacer las cosas fáciles en el sentido relacional». La tinetense no quiere problemas y posee «una buena autoestima, también quizás un poco inflada, pero es positiva porque le permite funcionar de manera enérgica, adaptativa y equilibrada».