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Visiblemente satisfecho, Adrián Barbón compareció esta tarde en la sede de la Federación Socialista Asturiana en Oviedo para hacer balance de un 26-M que ha dejado a su partido con la Presidencia del Principado prácticamente asegurada y con margen para gobernar, pactos ... mediante, hasta en 55 ayuntamientos. Dado que la composición de estos se producirá antes del estreno de la Junta General, el dirigente socialista antepuso la cuestión local y centró toda la presión en Ciudadanos para que facilite acuerdos que eviten que algunos consistorios queden bajo el control y la influencia de la extrema derecha.
Directamente, Barbón emplazó a la formación naranja a revisar la existencia de un «cordón sanitario» en torno al PSOE que excluya los acuerdos con los socialistas. De reconsiderar Ciudadanos su actitud, el líder de la FSA se atrevió incluso a aventurar que su formación podría retener el Ayuntamiento de Oviedo, que en estos momentos acaricia el PP precisamente a través de un acuerdo con la formación naranja. Con todo, dijo que «ve posibilidades» de mantener la alcaldía con una suma «alternativa» a la del PP con Ciudadanos y Vox.
Con la cuestión autonómica, prudencia. Barbón anticipó una actitud de diálogo y cercanía a la hora de regir los destinos de la comunidad en los próximos cuatro años y lanzó un mensaje directo al resto de partidos, singularmente a aquellos que en la pasada legislatura mantuvieron una actitud más bronca y beligerante. «Los ciudadanos han dicho basta a la confrontación», anotó en un mensaje cuyos receptores bien podrían ser desde el PP hasta Podemos.
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