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ANA MORIYÓN
GIJÓN.
Domingo, 19 de mayo 2019, 05:04
Poco o nada se ha hablado a estas alturas de la campaña electoral de la cooficialidad del asturiano. La reforma del Estatuto de Autonomía para avanzar en esta materia, que centró durante semanas el debate político de esta región en la pasada legislatura y que, ... por lo tanto, parecía estar llamada a ser uno de los principales ejes de esta campaña electoral, sigue sin salir a la arena política.
De las tres formaciones que hace meses se mostraron partidarias a dar este paso, solo Podemos e IU han tratado esta cuestión en los últimos días. Ambas fuerzas han mantenido su compromiso de convertir el asturiano en lengua oficial, junto al castellano, y así lo han recogido de forma explícita en sendos programas electorales. Podemos, incluso, ha dejado por escrito que esta sea la primera ley que presente en el Parlamento asturiano y, añade, lo hará con «tramitación urgente».
El PSOE, el principal partido de la izquierda y de cuya voluntad depende realmente que esta iniciativa pueda convertirse en una realidad, prefiere guardar silencio. Al menos por ahora. Pero estamos en el ecuador de la campaña y esto ha empezado a generar suspicacias entre el resto de las formaciones.
Los socialistas asturianos acordaron en su 32 Congreso, celebrado en septiembre de 2017, trabajar en esta línea en la legislatura que está a punto de empezar, pero el candidato a la Presidencia del Principado, Adrián Barbón, se limita ahora a remitirse a «la posición ya conocida». Esto es, un modelo de oficialidad de «aplicación progresiva» al que el PSOE ha puesto el apellido «amable», por ser su uso «voluntario» y «nada imperativo». Sin embargo, los socialistas aún no han dado a conocer la fórmula en la que incluyen su propuesta en el programa electoral, que siguen sin hacerlo público, lo que ha generado todo tipo de críticas entre la oposición.
Las fuerzas de la derecha mantienen su negativa a cualquier movimiento en relación a la oficialidad del asturiano e instan al PSOE a que aclare su posición, que en su momento generó polémica incluso en el seno del partido, ya que atribuyen su silencio a una estrategia política para eludir un debate que podría restarle adeptos.
Y si hasta ahora eran PP, Ciudadanos y Foro los partidos políticos que rechazaban otorgar al asturiano esta categoría, al entender que no se trata de una demanda de la sociedad y que puede generar nuevas imposiciones, se suma ahora Vox, mucho más crítico aún con esta posibilidad. «No al negocio de la cooficialiad», dice.
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