Los pueblos con más encanto de Asturias donde comprar una segunda residencia

La comunidad asturiana cuenta con opciones muy válidas no solo en la zona costera, sino también en el interior. Y una segunda propiedad puede valer tanto como lugar de ocio y descanso para sus dueños, como herramienta para sacarle rentabilidad, al ponerla en alquiler en periodos vacacionales o puentes a lo largo de todo el año.

Partiendo de la base de que la región es de por sí atractiva para invertir, por calidad de vida y precios asequibles, un sencillo recorrido por algunos de esos pueblos con encanto revela cuáles son las cualidades más destacadas de cada uno. Pueden ser cuestiones importantes a tener en cuenta en el momento de decidirse por uno u otro lugar para comprar una segunda vivienda.

El viaje comienza en los tres pueblos que pertenecen a la Asociación de Pueblos más Bonitos de España. Arrancamos mirando el azul del mar desde la bahía de Lastres, parroquia y villa marinera perteneciente al concejo de Colunga. Un pueblo en el que la vida gira alrededor del puerto, de la pesca y de la lonja, pero que también está rodeado de montañas. Destacan en él su casco histórico, un barrio ballenero que se remonta al siglo XVI y su faro de luces. Con cerca de un millar de habitantes, dista 42 kilómetros de Gijón, 59 de Oviedo y casi 30 de Ribadesella.

Yendo por la costa hacia occidente, encontramos otro de los tres pueblos de la lista, de similares características que el primero, por ser también una villa marinera, aunque más pequeña. Nos referimos a Tazones, ubicado muy cerca de Gijón, en el concejo de Villaviciosa. En él se mezclan otra vez el azul del Cantábrico con el típico verde asturiano y las decenas de colores de las casas que cuelgan de la ladera, con una historia de siglos, en la que destaca el desembarco en su bahía, en 1517, del príncipe Carlos de Gante, quien iba camino a convertirse en el rey Carlos I de España.

Sin salir de la Comarca de la Sidra, de la costa viajamos al interior para descubrir Torazo, un pueblo de arquitectura rural y hórreos muy bien conservados, con apenas 100 habitantes. Pertenece al concejo de Cabranes, está situado a 50 kilómetros de la capital asturiana en un enclave natural magnífico, a los pies del Picu Incós, por lo que se puede disfrutar de unas magníficas vistas. Torazo presume además de haber sido galardonado en 2008 como pueblo ejemplar de Asturias.

Cudillero no está en el listado anterior, pero al igual que Tazones, es un placer para los sentidos disfrutar del colorido de sus casas que cuelgan de un verde acantilado mirando el azul del mar que baña su puerto. Es la capital del concejo del mismo nombre y una de las villas marineras más visitadas del Principado. Su anfiteatro, su casco viejo o sus miradores son algunas otras atracciones de la localidad.

Otro imprescindible en el catálogo de pueblos con encantos de Asturias es la villa blanca de la costa verde o, lo que es lo mismo, Luarca, en el concejo de Valdés. Además de ser la cuna del premio Nobel de Medicina Severo Ochoa, está llena de atractivos históricos y naturales: puentes, casas indianas, la Mesa de los Mareantes, su Atalaya o cementerio, etc. Playas para todos los gustos y valles, ríos y montañas donde elegir.

Con el imponente y rico Cantábrico, es normal que gran parte de los pueblos más bonitos de Asturias se hayan levantado a su orilla. Pero el interior ofrece también enclaves arrebatadores, como Bandujo, una parroquia de medio centenar de pobladores, en el concejo de Proaza, declarado Bien de Interés Cultural. De origen medieval, sus casas se reparten por la cresta de una montaña en forma de herradura.

De playa o de montaña, lo cierto es que Asturias es una tierra repleta de pueblos con encanto en los que, más allá de sus cualidades naturales, arquitectónicas o históricas, se respira paz y tranquilidad. Todo un reclamo para quienes están pensando en comprar una segunda residencia, ya sea para disfrutar de primera mano o para ofrecer esa posibilidad de ocio y desconexión a terceros.